/ martes 16 de agosto de 2022

Carrereando la chuleta | Bajan en la esquina

Yo ya me quiero bajar de este mundo. No entiendo a sus ocupantes.

El calentamiento global está imparable y viene acompañado de catástrofes climáticas cada vez más grandes, todo causado por la acción humana: montañas de basura por todos lados, ríos y mares muertos de tanta contaminación, partículas de plástico en lo que nos comemos y respiramos.

En contraposición a esto encontré una enorme cantidad de empresas y proyectos, de todo tipo, que juran son amigables con el medio ambiente; sustentables. Más de 5,500 millones de resultados en la web.

Uno que me llamó mucho la atención fue la sustentabilidad en parques públicos, en donde se busca el desarrollo no sólo en comunidades sino en espacios comunes en donde los habitantes que acuden contaminan lo menos posible, ellos y sus mascotas, además de que por sus características permiten el fortalecimiento del tejido social. Suena re bonito, pero ¿tenemos eso en todos los espacios públicos del país? Usted me dirá, sigue siendo un proyecto hermoso, pero nada más, no hay lana para implementarlo y probablemente nunca la habrá.

Justo aquí es donde me quise bajar, porque les puedo seguir contando de proyectos maravillosos que me encontré en la web, pero casi ninguno, por decirlo de una manera muy amable, tiene financiamiento para poder desarrollarse; los que sí tienen recursos económicos notables son aquellos que siembran árboles y luego los olvidan (si no pregunten a todos los que siembran uno el Día Internacional del Árbol cuándo o cuántas veces han regresado a ver cómo sigue o si ya está más seco que la leña del fogón). En mi caso por ejemplo, lo que siembre, no pega, ni la mismísima marihuana que dicen que donde quiera se da, a mí se me secan todas las plantas, por eso, mejor hago otras cosas.

El punto no es la cantidad de información, propuestas, ideas, proyectos, páginas que hay en apoyo el medio ambiente, el problema real es que no hay soluciones ya funcionando y no nos queda mucho tiempo.

Nuestros hermanos de Monterrey acaban de pasar serios problemas, bueno, siguen en serios problemas, para el suministro de agua potable. Aminoraron un poco con las lluvias pero eso no es solución. ¿Dónde están las prestigiosas universidades de Nuevo León para que propongan proyectos de innovación que den una solución real al problema del agua? ¿La sociedad civil hace un uso consciente del vital líquido? ¿Las empresas implementan programas realmente responsables no sólo para su consumo sino para el tratamiento correcto de las aguas residuales? Porque hasta ahorita no hay nada en concreto. ¿Qué van a hacer cuando se terminen, otra vez, las lluvias?

Nosotros no cantamos mal las rancheras. Fuimos bendecidos con muchos hermosos y otrora productivos ríos, pero ¿qué hemos hecho con ellos más allá de contaminarlos? Cuando nos quedemos sin agua vamos a rogar que vuelva el tiempo atrás para darles la importancia que realmente tienen.

Invertí cinco horas de mi tiempo en buscar tesis promovidas por las universidades que aporten soluciones a los problemas de contaminación que vivimos, de todas las carreras: ingenierías, sociales, licenciaturas, abogados, pero no hay ninguna que sea ejemplo, o alguna universidad que motive a sus alumnos a pensar, al menos, en este problema.

Yo por eso aquí me bajo. El destino al que va a este barco no me gusta, y a todos nos va a afectar más temprano que tarde, pero pareciera no importarnos, y cuando comencemos tal vez sea muy tarde.

Mucho agradeceré sus comentarios al correo electrónico rgonzalez@diariodelsur.com.mx


Yo ya me quiero bajar de este mundo. No entiendo a sus ocupantes.

El calentamiento global está imparable y viene acompañado de catástrofes climáticas cada vez más grandes, todo causado por la acción humana: montañas de basura por todos lados, ríos y mares muertos de tanta contaminación, partículas de plástico en lo que nos comemos y respiramos.

En contraposición a esto encontré una enorme cantidad de empresas y proyectos, de todo tipo, que juran son amigables con el medio ambiente; sustentables. Más de 5,500 millones de resultados en la web.

Uno que me llamó mucho la atención fue la sustentabilidad en parques públicos, en donde se busca el desarrollo no sólo en comunidades sino en espacios comunes en donde los habitantes que acuden contaminan lo menos posible, ellos y sus mascotas, además de que por sus características permiten el fortalecimiento del tejido social. Suena re bonito, pero ¿tenemos eso en todos los espacios públicos del país? Usted me dirá, sigue siendo un proyecto hermoso, pero nada más, no hay lana para implementarlo y probablemente nunca la habrá.

Justo aquí es donde me quise bajar, porque les puedo seguir contando de proyectos maravillosos que me encontré en la web, pero casi ninguno, por decirlo de una manera muy amable, tiene financiamiento para poder desarrollarse; los que sí tienen recursos económicos notables son aquellos que siembran árboles y luego los olvidan (si no pregunten a todos los que siembran uno el Día Internacional del Árbol cuándo o cuántas veces han regresado a ver cómo sigue o si ya está más seco que la leña del fogón). En mi caso por ejemplo, lo que siembre, no pega, ni la mismísima marihuana que dicen que donde quiera se da, a mí se me secan todas las plantas, por eso, mejor hago otras cosas.

El punto no es la cantidad de información, propuestas, ideas, proyectos, páginas que hay en apoyo el medio ambiente, el problema real es que no hay soluciones ya funcionando y no nos queda mucho tiempo.

Nuestros hermanos de Monterrey acaban de pasar serios problemas, bueno, siguen en serios problemas, para el suministro de agua potable. Aminoraron un poco con las lluvias pero eso no es solución. ¿Dónde están las prestigiosas universidades de Nuevo León para que propongan proyectos de innovación que den una solución real al problema del agua? ¿La sociedad civil hace un uso consciente del vital líquido? ¿Las empresas implementan programas realmente responsables no sólo para su consumo sino para el tratamiento correcto de las aguas residuales? Porque hasta ahorita no hay nada en concreto. ¿Qué van a hacer cuando se terminen, otra vez, las lluvias?

Nosotros no cantamos mal las rancheras. Fuimos bendecidos con muchos hermosos y otrora productivos ríos, pero ¿qué hemos hecho con ellos más allá de contaminarlos? Cuando nos quedemos sin agua vamos a rogar que vuelva el tiempo atrás para darles la importancia que realmente tienen.

Invertí cinco horas de mi tiempo en buscar tesis promovidas por las universidades que aporten soluciones a los problemas de contaminación que vivimos, de todas las carreras: ingenierías, sociales, licenciaturas, abogados, pero no hay ninguna que sea ejemplo, o alguna universidad que motive a sus alumnos a pensar, al menos, en este problema.

Yo por eso aquí me bajo. El destino al que va a este barco no me gusta, y a todos nos va a afectar más temprano que tarde, pero pareciera no importarnos, y cuando comencemos tal vez sea muy tarde.

Mucho agradeceré sus comentarios al correo electrónico rgonzalez@diariodelsur.com.mx