Ocurrió en San Antonio, Texas. Hace 48 horas la muerte de 51 personas, de ellos 27 mexicanas confirmadas por las autoridades y 24 migrantes extranjeros al interior de un tráiler, enmudeció al mundo y pone de luto a varios países centroamericanos que yacen de brazos cruzados para no hacerse responsables de las masacres de sus connacionales que huyen de la delincuencia, violencia, hambre y políticas discriminatorias.
En lo que respecta a los migrantes extranjeros, arriban a territorio mexicano, pensando en la suma tranquilidad, pero no midiendo las garras sanguinarias del crimen organizado “que ha visto en los movimientos migratorios un nuevo negocio para uso exclusivo de la delincuencia, entre explotación laboral, trata de personas, narcomenudeo y extorsiones”, según las versiones de sacerdotes que omiten sus nombres por temor a represalias en estados del occidente mexicano.
Las caravanas migrantes procedentes de Honduras, Guatemala y el Salvador como sedes principales de migrantes en busca del sueño americano, inician en la frontera sur de México. Es en éste punto limítrofe, donde cientos de extranjeros, incluyendo nicaragüenses, venezolanos, ecuatorianos, brasileños y demás, atraviesan el río Suchiate, tras migrar cientos de kilómetros con la esperanza de llegar a la Unión Americana.
Arriban con una mano adelante y otra atrás; cientos en las calles pidiendo limosna por no tener que comer ni agua que beber ante la fija mirada de los organismos en materia de derechos humanos, que simplemente recepcionan denuncias que -engavetan- según testimonios de guatemaltecos que han acusado a elementos policiacos y migratorios de abuso y extorsión.
“Quédate en México”, peor que nunca, ante muertes de migrantes
Buscan cobijo del programa “Quédate en México”, a propuesta del canciller Marcelo Ebrard Casaubón, que carecen de bolsas de trabajo. El aumento de población flotante en territorio mexicano ha desarticulado incluso los servicios públicos de varios municipios, incluyendo la dilapidación de recursos públicos en materia de salud. “Y es que las autoridades o inclinan la balanza por la población mexicana en entidades como Chiapas, o de plano crean un nuevo fideicomiso exclusivo para atender a la población extranjera”, revelan sectores empresariales que ven al éxodo migratorio como una amenaza que pone en riesgo a todos.
Es cuando el hambre y la desesperación, ocasionan violencia y en algunos casos, actos ilícitos por el hecho de brindar alimentos a los que menos tienen como; menores de edad en situación de calle.
En éste punto fronterizo recóndito para el mundo, son presa fácil y víctimas de redes de polleros y coyotes que prometen las perlas de la santísima virgen, con tal de sacar raja, dinero y prebendas de los migrantes.
Las ganancias por el simple hecho dar atole con el dedo, son millonarias. Hay precedentes de matanzas en contra de migrantes como el tráiler accidentado en Chiapa de Corzo-Tuxtla Gutiérrez, o qué tal los 72 migrantes asesinados en San Fernando Tamaulipas en agosto del 2010, presuntamente en manos de miembros de la delincuencia organizada y la actual estadística lamentable de 51 migrantes muertos en San Antonio, Texas.
Pese a los antecedentes de masacres en contra de gente inocente, las caravanas de migrantes continúan formándose en ciudades como Tapachula y Suchiate, con destino a la Unión Americana.
Texas, es un estado catalogado penosamente por su gente discriminadora contra los migrantes. Propios centroamericanos ya radicados allá, son enemigos de centroamericanos que buscan llegar a la Unión Americana, tras no querer compartir espacios en territorio gringo. Tras la letal noticia, el secretario de Relaciones Exteriores en México, Marcelo Ebrard Casaubón, informó en su cuenta de Twitter que los extranjeros fallecieron por asfixia, además de encontrar a cuatro menores de edad guatemaltecos. ¿Y ahora qué sigue?
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