Quién no tiene en sus recuerdos de estudiante a un maestro que le marcó la vida, para bien. La mayoría quizá coincidimos en ello, pues se trata de una de las figuras más importantes dentro de la sociedad mexicana.
Aunque esa imagen se ha desgastado con el paso de los años, a pesar de que los maestros de hoy son más “buena onda” que los de antes, ese personaje sigue estando ahí, en la vida diaria del país, de los estados, de las ciudades, de las colonias y de las comunidades más alejadas.
En algo que también la mayoría coincide es que, en el último sexenio, a fuerza de implementar una Reforma Educativa que hizo más bien que mal, se terminó de echar tierra a la figura magisterial.
A base de una campaña que entró por ojos y oídos, el gobierno dejó mal parado “al maestro”, cuando la realidad es que la base magisterial sigue pasando carencias y penurias para ejercer su labor, mientras los líderes son quienes se llevan la mejor tajada, aunque, tampoco podemos negar que son una especie de “mal necesario”.
EL SNTE DE CEPEDA Y LA CNTE
La vida magisterial vive, precisamente en el marco del festejo del Día del Maestro, una de sus etapas más complejas desde los inicios del sindicalismo.
Hay una dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) “espuria” y traicionera, pues fueron sus integrantes quienes se aliaron con el gobierno de Enrique Peña Nieto, sabiendo que la “Reforma Educativa” afectaba a su gremio.
Alfonso Cepeda, quien se mantiene en un hilo, al frente de esta dirigencia, ha sido señalado de enriquecimiento ilícito y como si no bastara lo hecho anteriormente, intenta vender el cuento de que tiene la fuerza para quedarse al frente del SNTE, otrora el sindicato más poderoso del país.
Por otro lado, está la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el ala izquierda del SNTE, quien aprovechó que el balón estaba suelto para crecer hasta llegar a cifras que no pasan de los 250 mil agremiados.
La CNTE, aunque siempre ha metido presión al gobierno en turno, pues aplica la estrategia de los gritos y sombrerazos, no tiene argumentos para llegar a todas las secciones sindicales del país.
La Coordinadora, cuyos líderes también poseen pocas banderas, luego de la caída de la “mal llamada Reforma Educativa”, sólo tiene presencia en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Ciudad de México.
EL REGRESO DE LA MAESTRA
La nota en el sector magisterial la ha venido dando desde hace varios meses la chiapaneca, Elba Esther Gordillo, quien regresó a la vida política y sindical del país con la organización Maestros por México, quien puede fácilmente llegar al medio millón de agremiados.
Ni el encarcelamiento – injusto, en palabras del subsecretario de Gobernación, Zoé Robledo – hicieron que La Maestra volviera al escenario nacional.
Una vez que fue exculpada de las acusaciones hechas en el sexenio peñanietista, simplemente porque se opuso a la “Reforma Educativa”, Elba Esther volvió a ser noticia nacional.
Una idea empieza a calar entre el gremio magisterial: mientras estuvo Elba Esther Gordillo al frente del SNTE había siempre margen de negociación con el gobierno en turno.
Entre los maestros existía la certeza de que pertenecían a un sindicato que tenía la capacidad para negociar con la Secretaría de Educación Pública.
El SNTE de esos tiempos no era ni entreguista ni radical, y esa es la otra idea que favorece el regreso de La Maestra. El gobierno en turno necesita un sindicato fuerte con quien negociar.
Si se concreta en los próximos meses la elección sindical mediante voto libre, secreto y universal, con el Instituto Nacional Electoral como árbitro, y así lo ha pedido el propio Andrés Manuel López Obrador, la organización Maestros por México se perfila para regresar a tomar las riendas del SNTE…
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Una idea empieza a calar entre el gremio magisterial: mientras estuvo Elba Esther Gordillo al frente del SNTE había siempre margen de negociación con el gobierno en turno
