/ jueves 14 de marzo de 2019

DOBLE ESPACIO

Pues no, el Partido Revolucionario Institucional no está muerto, lo que pasa es que andaba de parranda, pero parranda verdadera, derrochando dinero a manos llenas. Ahora vive la cruda realidad de la derrota en varios frentes. ¿Qué hace falta para que renazca el PRI? Toneladas de confianza ciudadana, nada más.

Ya no hay quién confía en los políticos, así sean del Partido de la Velas Perpetua, si existiera. Los que votaron por Morena, en su mayoría, fue porque sería peor cualquier otro, sin que eso represente que Morena es lo mejor necesariamente.

No hay confianza. El PAN, que tanto tiempo fue una oposición digna, inteligente a ratos, en cuanto probó las mieles del poder le ganó en corrupción al PRI y sus presidentes fueron abucheados hasta el cansancio. El PRD fue un partido vividor, violento en sus inicios y bueno para el pleito verbal, sin razón alguna y con las bolsas llenas de dinero amarado con unas ligas. ¿Quién puede confiar en eso?

Ya nada más quedan los ciudadanos con su poca esperanza que habrá de morir al último. Sin embargo, doña Margarita Zavala jura con todas sus fuerzas que es dueña de la preferencia nacional y formó su partido, para seguir viviendo del presupuesto, teniendo en cuenta que a su marido le quitaron la pensión. Y logró su registro. Ha de ser por su elevada simpatía y singular carisma.

Si Morena sigue cometiendo errores, sobre todo los relacionados con la corrupción, seguramente va a allanar el camino al malo conocido y dejará de ser el bueno por conocer. De esa manera, con una estructura aceitada, no dude que el PRI, quizá con otro nombre, vuelva a renacer de sus cenizas y se haga con el poder en la próxima sucesión presidencial.

Para decirlo en pocas palabras, es el único que puede.

Pues no, el Partido Revolucionario Institucional no está muerto, lo que pasa es que andaba de parranda, pero parranda verdadera, derrochando dinero a manos llenas. Ahora vive la cruda realidad de la derrota en varios frentes. ¿Qué hace falta para que renazca el PRI? Toneladas de confianza ciudadana, nada más.

Ya no hay quién confía en los políticos, así sean del Partido de la Velas Perpetua, si existiera. Los que votaron por Morena, en su mayoría, fue porque sería peor cualquier otro, sin que eso represente que Morena es lo mejor necesariamente.

No hay confianza. El PAN, que tanto tiempo fue una oposición digna, inteligente a ratos, en cuanto probó las mieles del poder le ganó en corrupción al PRI y sus presidentes fueron abucheados hasta el cansancio. El PRD fue un partido vividor, violento en sus inicios y bueno para el pleito verbal, sin razón alguna y con las bolsas llenas de dinero amarado con unas ligas. ¿Quién puede confiar en eso?

Ya nada más quedan los ciudadanos con su poca esperanza que habrá de morir al último. Sin embargo, doña Margarita Zavala jura con todas sus fuerzas que es dueña de la preferencia nacional y formó su partido, para seguir viviendo del presupuesto, teniendo en cuenta que a su marido le quitaron la pensión. Y logró su registro. Ha de ser por su elevada simpatía y singular carisma.

Si Morena sigue cometiendo errores, sobre todo los relacionados con la corrupción, seguramente va a allanar el camino al malo conocido y dejará de ser el bueno por conocer. De esa manera, con una estructura aceitada, no dude que el PRI, quizá con otro nombre, vuelva a renacer de sus cenizas y se haga con el poder en la próxima sucesión presidencial.

Para decirlo en pocas palabras, es el único que puede.

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