/ miércoles 3 de noviembre de 2021

El Espectador | Chespirito, lo peor que le pudo pasar a la comedia mexicana

“La semana pasada, en una entrevista en el programa Versión extendida, dije que Roberto Gómez Bolaños Chespirito era de lo peor que le había pasado a la comedia mexicana. También que era indignante que hubiera viajado a Chile a presentarse en un estadio donde la dictadura de Augusto Pinochet había torturado a estudiantes”, escribe Carlos Ballarta esta semana en Post Opinión, la sección de opiniones de The Washington Post en español.

Mientras elaboraba su texto, el fin de semana, platicamos con el guionista y actor mexicano. Se salió un poquito de control el tema de Chespirito, dice el standupero. Tal vez usted como yo no estaba al tanto de la polémica, pero desde hace algunos días las redes sociales y algunos lectores de noticias de espectáculos se han encargado de pegarle con todo lo que pueden a este comediante mexicano, luego de una entrevista en la que le pidieron opiniones que a muchos no gustaron.

“Cuando me dí cuenta ya estaba yo, en medio de un montón dimes y diretes con los que no quería tener nada que ver”, señala desde alguna ciudad del norte del país. “Estábamos en una entrevista y empezaron a hablar de cómo era el humor en México. Uno de los conductores comentó su punto de vista muy personal acerca de Chespirito y ahí me preguntó qué opinaba yo al respecto”.


Ballarta dice que quiso ser lo más puntual posible.


“Dije que Chespirito era una de las peores cosas que le habían pasado a la comedia en México y que yo no dejaba que mi hijo lo viera por cuestiones personales, por temas que tenían que ver por cómo había actuado él cuando estaba vivo, y ya, muchas personas tomaron la nota”.

Dice que lo que más le sorprende es que las notas de prensa decían que “ése hombre que no es nadie”, refiriéndose a él, decía que Chespirito no era nada.

“Si no soy nadie para que v… me estás diciendo esto”, responde Ballarta a sus críticos. “Salió mucho de control, mucha nota muy tendenciosa al respecto, la verdad”.


El tema de la entrevista era la corrupción en el país.


“No creo que yo personalmente cambie mi postura al respecto”, dice el comediante después de la ofensiva de los fans de Gómez Bolaños.

-Si Chespirito queda en ese lugar, ¿Qué dirás entonces de Derbez, Jorge Ortiz de Pinedo y todos esos?--, le pregunta el reportero.

--Pues mira mejor ni me preguntes… van a empezar con sus cosas. Yo creo que el punto de vista de cualquier persona es válido, respecto a cualquier tema, lo que me molesta mucho es la forma de algunos medios de comunicación de decir “este tipo dijo esto”, y “este tipo dijo aquello”. Eso qué… Mejor yo creo que ya no voy a decir nada.

Sin embargo, en Post Opinión, escribe: “A mi parecer, lo que le otorgó fama es que no había otra cosa que ver, pues Televisa así lo mandaba: lo que Televisa dictaba que era noticia, se volvía noticia; lo que Televisa decía que era comedia, se volvía comedia. La televisora estaba al servicio del poder y Chespirito fue utilizado para dar entretenimiento a esa “clase modesta muy jodida”. Era un comediante facilón porque era lo que le convenía a Televisa: no escribía comedia, llenaba el formato que le daban en su empresa”.

“La semana pasada, en una entrevista en el programa Versión extendida, dije que Roberto Gómez Bolaños Chespirito era de lo peor que le había pasado a la comedia mexicana. También que era indignante que hubiera viajado a Chile a presentarse en un estadio donde la dictadura de Augusto Pinochet había torturado a estudiantes”, escribe Carlos Ballarta esta semana en Post Opinión, la sección de opiniones de The Washington Post en español.

Mientras elaboraba su texto, el fin de semana, platicamos con el guionista y actor mexicano. Se salió un poquito de control el tema de Chespirito, dice el standupero. Tal vez usted como yo no estaba al tanto de la polémica, pero desde hace algunos días las redes sociales y algunos lectores de noticias de espectáculos se han encargado de pegarle con todo lo que pueden a este comediante mexicano, luego de una entrevista en la que le pidieron opiniones que a muchos no gustaron.

“Cuando me dí cuenta ya estaba yo, en medio de un montón dimes y diretes con los que no quería tener nada que ver”, señala desde alguna ciudad del norte del país. “Estábamos en una entrevista y empezaron a hablar de cómo era el humor en México. Uno de los conductores comentó su punto de vista muy personal acerca de Chespirito y ahí me preguntó qué opinaba yo al respecto”.


Ballarta dice que quiso ser lo más puntual posible.


“Dije que Chespirito era una de las peores cosas que le habían pasado a la comedia en México y que yo no dejaba que mi hijo lo viera por cuestiones personales, por temas que tenían que ver por cómo había actuado él cuando estaba vivo, y ya, muchas personas tomaron la nota”.

Dice que lo que más le sorprende es que las notas de prensa decían que “ése hombre que no es nadie”, refiriéndose a él, decía que Chespirito no era nada.

“Si no soy nadie para que v… me estás diciendo esto”, responde Ballarta a sus críticos. “Salió mucho de control, mucha nota muy tendenciosa al respecto, la verdad”.


El tema de la entrevista era la corrupción en el país.


“No creo que yo personalmente cambie mi postura al respecto”, dice el comediante después de la ofensiva de los fans de Gómez Bolaños.

-Si Chespirito queda en ese lugar, ¿Qué dirás entonces de Derbez, Jorge Ortiz de Pinedo y todos esos?--, le pregunta el reportero.

--Pues mira mejor ni me preguntes… van a empezar con sus cosas. Yo creo que el punto de vista de cualquier persona es válido, respecto a cualquier tema, lo que me molesta mucho es la forma de algunos medios de comunicación de decir “este tipo dijo esto”, y “este tipo dijo aquello”. Eso qué… Mejor yo creo que ya no voy a decir nada.

Sin embargo, en Post Opinión, escribe: “A mi parecer, lo que le otorgó fama es que no había otra cosa que ver, pues Televisa así lo mandaba: lo que Televisa dictaba que era noticia, se volvía noticia; lo que Televisa decía que era comedia, se volvía comedia. La televisora estaba al servicio del poder y Chespirito fue utilizado para dar entretenimiento a esa “clase modesta muy jodida”. Era un comediante facilón porque era lo que le convenía a Televisa: no escribía comedia, llenaba el formato que le daban en su empresa”.