Pasan los días y seguimos con el tema migratorio. Parece que el señor del copete “meco” ya nos tomó la medida y aquel muro del que tanto habló Donald Trump en campaña será una realidad, pero no en Sur de Estados Unidos sino en el Sur de México.
Las autoridades mexicanas, capitaneadas por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard Casaubón, han comenzado a redoblar la seguridad en la Frontera Sur a donde deben llegar, cifras más, cifras menos, seis mil elementos de la Guardia Nacional. Súmele militares, marinos y policías estatales que también están en la misma sintonía.
Por cielo, mar y tierra, será la vigilancia para impedir que los migrantes crucen por territorio mexicano con la facilidad que lo hacían antes, dice la prensa nacional, quien sigue con lupa la situación que acontece en los límites de México y Guatemala, donde se vive una crisis, y no lo decimos sólo nosotros; también lo ha expresado la Iglesia Católica, quien se ha declarado rebasada en su ayuda humanitaria que tradicionalmente presta a los migrantes.
Mientras el gobierno mexicano apresura la venta del avión presidencial, valuado en unos 140 millones de dólares, pues de ahí saldrán los recursos para financiar la construcción del “muro” en el Suchiate, Donald Trump nos vigila a distancia.
Ahora más que nunca le importamos al que gobierna la Casa Blanca. Y le importamos porque de lo que haga o no haga México en el tema migratorio sacará “raja política” para intentar buscar la reelección en 2020.
Si México hace bien “el trabajo” dirá que ha triunfado y dirá que sus propuestas, sus acciones, incluso sus dichos y su forma de hacer las cosas, dan resultados.
Si México, convertido en una especie de “patrulla fronteriza” o “patio trasero”, no logra los resultados esperados, entonces enarbolará la bandera del miedo y del odio.
Aparte de la migración, el tema comercial y el combate a las drogas, forman parte de su discurso reeleccionista del “magnate”, cuya fama es la de un “bebé” berrinchudo que siempre se sale con la suya.
Donald Trump amenazó muchas veces con cerrar su Frontera Sur, la del Río Bravo, pero alguien le advirtió que eso dañaría a los vecinos y a sus connacionales.
Quizá pensó entonces: ¡ah, pues cerremos la Frontera Sur, pero de México! Y en esas estamos, construyendo “El muro del Suchiate…”
EL BERRINCHE DE MUÑOZ LEDO
Con todo y que el diputado Porfirio Muñoz Ledo es como un “abuelito” de la política al que todo mundo quiere, pero pocos le hacen caso, el miércoles hizo tremendo berrinche en la sesión de la Comisión Permanente.
Criticó que el señor Marcelo Ebrard (lo dijimos en la anterior entrega) ahora tenga funciones de “vicepresidente” o “súper secretario”. Es decir, que meta las manos dónde se le pegue la gana, sólo porque andamos quedando bien con los Estados Unidos…
GOLPAZO A LA JEFA SHEINBAUM
La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, acaparó “los reflectores” cuando hizo aquel anuncio de que niños y niñas podrían ir vestidos a la escuela con falta o pantalón, o como les diera la gana. Hubo aplausos del respetable y otros fruncieron el ceño.
Sin embargo, como dicen que nada es para siempre, en unos días la rueda de la fortuna la puso hasta abajo, muy hasta abajo con el tema de la inseguridad.
Dos jóvenes secuestrados y asesinados, Norberto Ronquillo y Leonardo Avendaño, hicieron que las voces de reclamo se lanzaran contra ella.
A pesar de que López Obrador la defendió, a quién más le pueden reclamar los “defeños” si no es a ella…
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Por cielo, mar y tierra, será la vigilancia para impedir que los migrantes crucen por territorio mexicano con la facilidad que lo hacían antes, dice la prensa nacional, quien sigue con lupa la situación que acontece en los límites de México y Guatemala, donde se vive una crisis
Mientras el gobierno mexicano apresura la venta del avión presidencial, valuado en unos 140 millones de dólares, pues de ahí saldrán los recursos para financiar la construcción del “muro” en el Suchiate, Donald Trump nos vigila a distancia
