/ jueves 21 de mayo de 2020

Fuera de Agenda | Golpea Covid-19 en cuarteles



Tratar de ocultar la gravedad del primer brote de contagios por Covid-19 al interior de una unidad militar le costó al general de brigada Cruz Isacc Muñoz Navarro, comandante de la cuarta zona en Hermosillo, servir de ejemplo al interior del Ejército de todo lo que un mando castrense no debe hacer en tiempos de emergencia sanitaria.


El pasado 10 de abril una doctora con grado de subteniente, adscrita al puesto de control de Querobabi, sobre la carretera que une la capital sonorense con Nogales, reportó un brote infeccioso entre los soldados que atendían este lugar. En los informes recomendaba acciones inmediatas, incluso que se cerrara este retén atendido por elementos del Tercer Regimiento de Caballería Motorizado de Nogales.


Nadie de la cadena de mando, ni el jefe del puesto de control, ni el comandante del regimiento, ni el mando de la zona militar hicieron caso hasta el día 30 de abril. Para ese momento, el subdirector del hospital militar en Hermosillo acompañado de un epidemiólogo, llegó al lugar a realizar un estudio de brote y pudieron constatar la gravedad del caso.


Había al menos 14 soldados con resultados positivos a la prueba de Covid-19, uno de ellos apareció en un video difundido hace dos semanas acostado sobre una cama de los dormitorios habilitados en la base militar, con problemas para respirar mientras era atendido. En los expedientes clínicos se asentaba que había 250 militares más con sintomatología de coronavirus.


Los mandos militares se tuvieron que disculpar por pasar por alto la gravedad que consignó en sus reportes. No así el general Muñoz Navarro, quien ordenó arrestar a la doctora 10 días por andar “provocando pánico entre el personal”. Incluso solicitó que la relevaran por un oficial de mayor graduación, ya que una subteniente no podía tener más autoridad que, por ejemplo, un mayor.


La gravedad del brote infeccioso terminó por callarle la boca al general. El aumento en el número de contagios y que a nivel nacional se difundiera la noticia arruinó la orden de prohibir que se hablara del caso.


Jefes y oficiales comprobaron al paso de los días que la alerta de la doctora no era exageración. Les decía que su labor era tener contacto cercano con la población civil por lo que deberían reforzar su seguridad. Revisar vehículos, muchos de ellos provenientes de la frontera, aumentaba el riesgo de contagio.


El segundo brote que se conoció, con al menos 20 casos confirmados, fue en las instalaciones de la 11 brigada de Policía Militar, en San Pedro de las Colonias, Coahuila. Esta unidad que se encuentra desde marzo pasado al mando del general Andrés Ojeda Ramírez, implementó en tiempo y forma, a diferencia del comandante de Hermosillo, un cerco sanitario para evitar que los contagios se esparcieran. No hay certeza hasta este día que eso haya funcionado del todo.


También en las instalaciones de la 40 zona militar, en Guerrero Negro, Baja California Sur, se reportó un brote con siete casos confirmados entre efectivos militares.


De seguir el ejemplo de Hermosillo, es probable que el número de casos al interior del Ejército, crezca en las siguientes semanas.



@velediaz424



Tratar de ocultar la gravedad del primer brote de contagios por Covid-19 al interior de una unidad militar le costó al general de brigada Cruz Isacc Muñoz Navarro, comandante de la cuarta zona en Hermosillo, servir de ejemplo al interior del Ejército de todo lo que un mando castrense no debe hacer en tiempos de emergencia sanitaria.


El pasado 10 de abril una doctora con grado de subteniente, adscrita al puesto de control de Querobabi, sobre la carretera que une la capital sonorense con Nogales, reportó un brote infeccioso entre los soldados que atendían este lugar. En los informes recomendaba acciones inmediatas, incluso que se cerrara este retén atendido por elementos del Tercer Regimiento de Caballería Motorizado de Nogales.


Nadie de la cadena de mando, ni el jefe del puesto de control, ni el comandante del regimiento, ni el mando de la zona militar hicieron caso hasta el día 30 de abril. Para ese momento, el subdirector del hospital militar en Hermosillo acompañado de un epidemiólogo, llegó al lugar a realizar un estudio de brote y pudieron constatar la gravedad del caso.


Había al menos 14 soldados con resultados positivos a la prueba de Covid-19, uno de ellos apareció en un video difundido hace dos semanas acostado sobre una cama de los dormitorios habilitados en la base militar, con problemas para respirar mientras era atendido. En los expedientes clínicos se asentaba que había 250 militares más con sintomatología de coronavirus.


Los mandos militares se tuvieron que disculpar por pasar por alto la gravedad que consignó en sus reportes. No así el general Muñoz Navarro, quien ordenó arrestar a la doctora 10 días por andar “provocando pánico entre el personal”. Incluso solicitó que la relevaran por un oficial de mayor graduación, ya que una subteniente no podía tener más autoridad que, por ejemplo, un mayor.


La gravedad del brote infeccioso terminó por callarle la boca al general. El aumento en el número de contagios y que a nivel nacional se difundiera la noticia arruinó la orden de prohibir que se hablara del caso.


Jefes y oficiales comprobaron al paso de los días que la alerta de la doctora no era exageración. Les decía que su labor era tener contacto cercano con la población civil por lo que deberían reforzar su seguridad. Revisar vehículos, muchos de ellos provenientes de la frontera, aumentaba el riesgo de contagio.


El segundo brote que se conoció, con al menos 20 casos confirmados, fue en las instalaciones de la 11 brigada de Policía Militar, en San Pedro de las Colonias, Coahuila. Esta unidad que se encuentra desde marzo pasado al mando del general Andrés Ojeda Ramírez, implementó en tiempo y forma, a diferencia del comandante de Hermosillo, un cerco sanitario para evitar que los contagios se esparcieran. No hay certeza hasta este día que eso haya funcionado del todo.


También en las instalaciones de la 40 zona militar, en Guerrero Negro, Baja California Sur, se reportó un brote con siete casos confirmados entre efectivos militares.


De seguir el ejemplo de Hermosillo, es probable que el número de casos al interior del Ejército, crezca en las siguientes semanas.



@velediaz424