/ miércoles 6 de abril de 2022

Paradigmas | La revocación de mandato

Haciendo una breve pausa sobre el paradigma de la “Crisis Ambiental Planetaria”, en esta ocasión deseo comentar, por la relevancia y proximidad, sobre la revocación de mandato, un evento trascendental dentro de los grandes paradigmas de la vida moderna, el paradigma de la política. La Real Academia de la Lengua Española define a la política como la “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo”. Pero ¿por qué participar en el ejercicio de revocación de mandato? Muchas razones existen para participar, desde el ser una obligación ciudadana, hasta el hecho de contribuir al empoderamiento ciudadano, principalmente de los jóvenes, para regular el poder de los funcionarios públicos electos y contribuir al desarrollo armonioso del país.

El decreto de revocación de mandato del Presidente de la República se publicó el 20 de diciembre del 2019, es la vía pacífica y legal que permite a los ciudadanos, fundamentalmente a aquellos que no están conformes con el actuar de gobierno del Presidente de México, de actuar serena y democráticamente para revocar el mandato al mismo. Hace unos días un amigo que aprecio mucho me envío un video donde se observa una marcha, parece interminable, donde se escucha la consigna de “fuera AMLO”, sin embargo, también se observan mantas con la leyenda “¡No! a la revocación de mandato”. Esta lógica contradictoria, y a mi parecer irracional, resulta el eje de acción de los opositores al Presidente, que por un lado atacan, denuestan y exigen la salida de AMLO de la presidencia, pero por otro lado promueven la no participación en el proceso legal, pacífico y democrático para revocar el mandato, nótese tremenda irracionalidad.

Si los opositores a AMLO cuentan con tal fuerza, de acuerdo a los videos de marchas interminables que divulgan, entonces el ejercicio de revocación de mandato es la gran oportunidad que tienen para retirar a Andrés Manuel López Obrador de la Presidencia de la República, por lo tanto, vayan a las urnas este 10 de abril, y de forma racional, flemática y democrática revoquen su mandato, de lo contrario, sólo muestran una cara de odio irracional, a mi parecer, por la pérdida de privilegios (fundamentalmente económicos).

Desde mi perspectiva, la mayor relevancia de este ejercicio estriba en lograr que los jóvenes se involucren en la vida política del país, pues puedo afirmar por experiencia propia, que los jóvenes universitarios muestran muy alto desinterés en la vida política de México, ignorando que es en la política donde se toman las decisiones que afectan o benefician a los mexicanos (impuestos, salud, educación, laboral y muchos más). En varias ocasiones he preguntado a mis estudiantes si conocen a su diputado, a su senador o si han intentado dialogar con su Presidente Municipal, la respuesta ha sido casi unánime, ¡no!, también he preguntado si conocen las reformas a la Ley Federal del Trabajo (por mencionar alguna), mismas que definen su futuro laboral, la respuesta es la misma ¡no!

El ejercicio democrático de revocación de mandato es la oportunidad para empoderarnos, y mostrar a los futuros gobernantes, que los ciudadanos tenemos el poder de permitirles continuar en el cargo, o quitarlos de su posición si no cumplen con lo que comprometen en campaña. Votes a favor o en contra de la revocación, lo importante es votar, por ti, por mí, por todos, ¡sí al ejercicio democrático!

Haciendo una breve pausa sobre el paradigma de la “Crisis Ambiental Planetaria”, en esta ocasión deseo comentar, por la relevancia y proximidad, sobre la revocación de mandato, un evento trascendental dentro de los grandes paradigmas de la vida moderna, el paradigma de la política. La Real Academia de la Lengua Española define a la política como la “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo”. Pero ¿por qué participar en el ejercicio de revocación de mandato? Muchas razones existen para participar, desde el ser una obligación ciudadana, hasta el hecho de contribuir al empoderamiento ciudadano, principalmente de los jóvenes, para regular el poder de los funcionarios públicos electos y contribuir al desarrollo armonioso del país.

El decreto de revocación de mandato del Presidente de la República se publicó el 20 de diciembre del 2019, es la vía pacífica y legal que permite a los ciudadanos, fundamentalmente a aquellos que no están conformes con el actuar de gobierno del Presidente de México, de actuar serena y democráticamente para revocar el mandato al mismo. Hace unos días un amigo que aprecio mucho me envío un video donde se observa una marcha, parece interminable, donde se escucha la consigna de “fuera AMLO”, sin embargo, también se observan mantas con la leyenda “¡No! a la revocación de mandato”. Esta lógica contradictoria, y a mi parecer irracional, resulta el eje de acción de los opositores al Presidente, que por un lado atacan, denuestan y exigen la salida de AMLO de la presidencia, pero por otro lado promueven la no participación en el proceso legal, pacífico y democrático para revocar el mandato, nótese tremenda irracionalidad.

Si los opositores a AMLO cuentan con tal fuerza, de acuerdo a los videos de marchas interminables que divulgan, entonces el ejercicio de revocación de mandato es la gran oportunidad que tienen para retirar a Andrés Manuel López Obrador de la Presidencia de la República, por lo tanto, vayan a las urnas este 10 de abril, y de forma racional, flemática y democrática revoquen su mandato, de lo contrario, sólo muestran una cara de odio irracional, a mi parecer, por la pérdida de privilegios (fundamentalmente económicos).

Desde mi perspectiva, la mayor relevancia de este ejercicio estriba en lograr que los jóvenes se involucren en la vida política del país, pues puedo afirmar por experiencia propia, que los jóvenes universitarios muestran muy alto desinterés en la vida política de México, ignorando que es en la política donde se toman las decisiones que afectan o benefician a los mexicanos (impuestos, salud, educación, laboral y muchos más). En varias ocasiones he preguntado a mis estudiantes si conocen a su diputado, a su senador o si han intentado dialogar con su Presidente Municipal, la respuesta ha sido casi unánime, ¡no!, también he preguntado si conocen las reformas a la Ley Federal del Trabajo (por mencionar alguna), mismas que definen su futuro laboral, la respuesta es la misma ¡no!

El ejercicio democrático de revocación de mandato es la oportunidad para empoderarnos, y mostrar a los futuros gobernantes, que los ciudadanos tenemos el poder de permitirles continuar en el cargo, o quitarlos de su posición si no cumplen con lo que comprometen en campaña. Votes a favor o en contra de la revocación, lo importante es votar, por ti, por mí, por todos, ¡sí al ejercicio democrático!