En nuestro país la equidad de género tiene muchas vértices sobre las cuales se debe trabajar y legislar de manera apremiante, una de ellas es la brecha salarial; y es que según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), esta brecha es de un 13% en México, es decir, por cada 100 pesos que recibe un hombre en promedio por su trabajo al mes, una mujer recibe 87, aunque incluso puede llegar a ser mucho mayor según el sector del que se hable.
Los sectores como el comercio, la manufactura y los servicios enfrentan las mayores brechas salariales, los cuales, además emplean al 95% de las mujeres trabajadoras.
El nivel educativo en las mujeres también juega un papel importante respecto a la diferencia de percepción económica, pues para las mujeres con menor grado de estudios el panorama puede resultar más desalentador, tan solo en 2019, las trabajadoras que solo contaban con primaria ganaban hasta un 23% menos que los hombres.
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Los roles de género siguen siendo la principal razón por la que las mujeres perciben mucho menos por su trabajo pues muchas de ellas deben dedicar mayor tiempo a labores no remuneradas como el cuidado doméstico dejándole así muy pocas opciones de empleo.
Debido a esto, muchas mujeres terminan trabajando en la informalidad o en el autoempleo lo cual reduce sus ingresos significativamente, es así que el 55% de la economía informal en nuestro país está conformada por mujeres, sin mencionar que todas ellas no cuentan con los beneficios de un empleo formal como seguro médico, prestaciones, entre otras.
