/ viernes 25 de marzo de 2022

Javier Corcobado apuesta por el amor

Ante el caos y la barbarie global, el artista dice que el amor y el arte son las únicas opciones que tiene el hombre para redimirse

Poco antes del inicio de la pandemia del Covid-19, el músico y poeta Javier Corcobado lanzó su onceavo material discográfico, titulado Somos demasiados, una obra cruda y directa que retrata como pocas veces el desazón frente a la situación del mundo y de la raza humana.

En dicho asalto discográfico, el español comparte una fusión de rock, música electrónica y esfuerzos experimentales repartidos en una nueva tanda de canciones que a primer oído parecen desesperanzadoras, pero que en el fondo mantiene cierta esperanza, como el propio artista deja ver en esta conversación con El Sol de México.

Más de dos años después, ya con la idea -quizá ingenua- de que la pandemia está casi superada, Corcobado volvió a dar de qué oír a principios del 2022 con una versión de la canción “French Disko”, de la banda británica Stereolab, la cual adelanta que se publicará como canción extra en una reedición de Somos Demasiados que está por venir.

Sobre su afición por la banda de avant-pop, comenta que fue precisamente con esa canción que los descubrió y que desde entonces ha seguido de cerca su carrera:

“Es uno de los grupos que más me han gustado en directo, porque reúnen esos requisitos que a mí me gustan en los artistas: que pueden ser muy dulces y melodiosos y luego también muy ruidosos, sobre todo en directo… Intentamos hacer una versión muy respetuosa, la cual por cierto se grabó en México, en el otoño pasado, cuando estuve haciendo la producción de los venezolanos Culto Oculto, por eso son ellos quienes tocan todos los instrumentos en la canción”.

Foto: Cortesía | Aintzane Aranguena

Entonces traías esa canción en mente y aprovechaste el momento en el estudio.

Llevaba tiempo con ella, de hecho ya había grabado otra versión yo solo, pero la verdad es que necesitaba de unos músicos que tocaran muy potente. Y ahí están
el guitarrista José Henríquez, el bajista Sydney “Gato” Reyes, el baterista José Juan Sanguinetti y el teclado Paulo de Oliveira, además de que también colaboró mi mujer, Gloria, haciendo unos coros.

Respecto a Somos Demasiados, creo que retrata muy bien el estado anímico del mundo y el caos en que vivimos.

El ser humano somos una plaga, parece que no pertenecemos a este planeta. Muchas veces es es una cuestión que te hace pensar: ¿A qué hemos venido a este planeta? Y bueno pues es un disco que habla de la superpoblación, de las guerras, incluso las guerras entre hombres y mujeres.

Y entonces sale otro tema que también es motivo de reflexión para Javier: El feminismo y la equidad de género:

“Cuando yo era adolescente, recuerdo que aquí ya teníamos bastante asumida la igualdad entre hombres y mujeres. Mis padres me enseñaron ese respeto y yo siempre creí que esa desigualdad ya estaba aliviándose, pero lamentablemente entrando al siglo XXI parece que ha habido un resurgimiento del machismo terrible… Es algo muy lastimoso.

Y entonces surgen otros temas, mucho menos lastimosos:

“Pero en este disco hablo también del amor, sobre todo el amor verdadero, de ese amor que uno siente no sólo por su pareja, sino hacia todo, de la idea de poder extender el amor hacia todas las cosas y hacia todos los seres humanos que lo necesitan; el ser humano necesita mucha luz”, agrega.

Foto: Cortesía | Aintzane Aranguena

Ya que lo mencionas, durante años se nos dijo que el rock and roll podría salvar al mundo… Ahora que hemos visto que no es así, ¿será que quizá el amor sí?

Sí, el amor es lo único que puede cambiar al mundo realmente, el amor bien expresado en el arte, en las obras de arte. De todos modos yo considero que las canciones son obras de arte, no meros productos que se consumen y luego se olvidan. Durante toda mi carrera he procurado que cada canción sea una obra de arte, es mi territorio artístico, en la poesía y la escritura.

“Incluso si te encarcelan, eres libre en tu interior”

Dice Javier que también le llama la atención que durante las últimas décadas muchas libertades se han vuelto a cortar y que hay allá afuera una censura tan grande que muchas veces nos orilla a autocensurarnos.

“Y hay que tener cuidado con eso -continúa- porque la libertad es algo que llevamos dentro. Yo digo que incluso si te encarcelan, eres libre en tu interior y que lo importante es que mantengas la capacidad de amar.

El autor de clásicos como “Te estoy queriendo tanto” y “A nadie” hace una pausa, mientras reflexiona, y continúa:

“Vivimos en un mundo muy raro, como decía José Alfredo Jiménez, y bueno pues nos ha tocado vivir aquí, ¿no? Vivamos lo más felizmente posible y sobre todo vivamos el presente. No tengamos esa ansiedad de vivir en el futuro ni de desear ser algo que no somos”.

Hablando de vivir el presente, te veo hablar tan razonadamente sobre estos temas y esta imagen contrasta con la que tenía de Javier Corcobado hace muchos años, a quien veía como un artista muy loco e intenso. ¿Cómo recuerdas al Javier Corcobado de los ochentas y noventas, y cómo te llevas con él?

Bueno, ha llegado un momento en que la persona y el personaje se han acercado mucho, al grado de que ya prácticamente son el mismo. Antes estaba muy separado el personaje de la persona, porque el personaje era una especie de chamán que se subía a los escenarios y se autoinmolaba; había mucha energía y mucha muestra de dolor y mucho ruido, y ahora digamos que ese ruido sigue ahí, porque el ruido a me excita profundamente, igual que el rock and roll. También he vuelto a practicar el grito, ahora que mi voz es más grave, como le pasó a Leonard Cohen con los años.

Foto: Cortesía | Aintzane Aranguena


Y ya que hablas de la energía del rock and roll, ¿qué es lo más intenso que has vivido con tus seguidores, ya sea arriba o debajo de los escenarios?

Me he encontrado con todo tipo de cosas, desde personas que se han intentado subir al escenario para luego saltar hacia el slam o que me avienten rosas o ropa interior. Recuerdo que durante el primer Vive Latino lanzaron condones al escenario… Pero también han hecho otras cosas muy bonitas. Por ejemplo, hay una familia de México que a uno de sus hijos lo bautizaron como
Corcobado
y a una de sus hijas le pusieron Diamanda”, por mi canción… Hay de todo, los fans hacen muchas locuras.

Seguro. ¿Qué planes hay para el futuro Javier?

Esperamos hacer una gira en México, si Dios quiere para esta primavera, además de la reedición de Somos demasiados. También llevo dos años escribiendo una novela que espero terminar pronto, y en todo eso estoy.

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Poco antes del inicio de la pandemia del Covid-19, el músico y poeta Javier Corcobado lanzó su onceavo material discográfico, titulado Somos demasiados, una obra cruda y directa que retrata como pocas veces el desazón frente a la situación del mundo y de la raza humana.

En dicho asalto discográfico, el español comparte una fusión de rock, música electrónica y esfuerzos experimentales repartidos en una nueva tanda de canciones que a primer oído parecen desesperanzadoras, pero que en el fondo mantiene cierta esperanza, como el propio artista deja ver en esta conversación con El Sol de México.

Más de dos años después, ya con la idea -quizá ingenua- de que la pandemia está casi superada, Corcobado volvió a dar de qué oír a principios del 2022 con una versión de la canción “French Disko”, de la banda británica Stereolab, la cual adelanta que se publicará como canción extra en una reedición de Somos Demasiados que está por venir.

Sobre su afición por la banda de avant-pop, comenta que fue precisamente con esa canción que los descubrió y que desde entonces ha seguido de cerca su carrera:

“Es uno de los grupos que más me han gustado en directo, porque reúnen esos requisitos que a mí me gustan en los artistas: que pueden ser muy dulces y melodiosos y luego también muy ruidosos, sobre todo en directo… Intentamos hacer una versión muy respetuosa, la cual por cierto se grabó en México, en el otoño pasado, cuando estuve haciendo la producción de los venezolanos Culto Oculto, por eso son ellos quienes tocan todos los instrumentos en la canción”.

Foto: Cortesía | Aintzane Aranguena

Entonces traías esa canción en mente y aprovechaste el momento en el estudio.

Llevaba tiempo con ella, de hecho ya había grabado otra versión yo solo, pero la verdad es que necesitaba de unos músicos que tocaran muy potente. Y ahí están
el guitarrista José Henríquez, el bajista Sydney “Gato” Reyes, el baterista José Juan Sanguinetti y el teclado Paulo de Oliveira, además de que también colaboró mi mujer, Gloria, haciendo unos coros.

Respecto a Somos Demasiados, creo que retrata muy bien el estado anímico del mundo y el caos en que vivimos.

El ser humano somos una plaga, parece que no pertenecemos a este planeta. Muchas veces es es una cuestión que te hace pensar: ¿A qué hemos venido a este planeta? Y bueno pues es un disco que habla de la superpoblación, de las guerras, incluso las guerras entre hombres y mujeres.

Y entonces sale otro tema que también es motivo de reflexión para Javier: El feminismo y la equidad de género:

“Cuando yo era adolescente, recuerdo que aquí ya teníamos bastante asumida la igualdad entre hombres y mujeres. Mis padres me enseñaron ese respeto y yo siempre creí que esa desigualdad ya estaba aliviándose, pero lamentablemente entrando al siglo XXI parece que ha habido un resurgimiento del machismo terrible… Es algo muy lastimoso.

Y entonces surgen otros temas, mucho menos lastimosos:

“Pero en este disco hablo también del amor, sobre todo el amor verdadero, de ese amor que uno siente no sólo por su pareja, sino hacia todo, de la idea de poder extender el amor hacia todas las cosas y hacia todos los seres humanos que lo necesitan; el ser humano necesita mucha luz”, agrega.

Foto: Cortesía | Aintzane Aranguena

Ya que lo mencionas, durante años se nos dijo que el rock and roll podría salvar al mundo… Ahora que hemos visto que no es así, ¿será que quizá el amor sí?

Sí, el amor es lo único que puede cambiar al mundo realmente, el amor bien expresado en el arte, en las obras de arte. De todos modos yo considero que las canciones son obras de arte, no meros productos que se consumen y luego se olvidan. Durante toda mi carrera he procurado que cada canción sea una obra de arte, es mi territorio artístico, en la poesía y la escritura.

“Incluso si te encarcelan, eres libre en tu interior”

Dice Javier que también le llama la atención que durante las últimas décadas muchas libertades se han vuelto a cortar y que hay allá afuera una censura tan grande que muchas veces nos orilla a autocensurarnos.

“Y hay que tener cuidado con eso -continúa- porque la libertad es algo que llevamos dentro. Yo digo que incluso si te encarcelan, eres libre en tu interior y que lo importante es que mantengas la capacidad de amar.

El autor de clásicos como “Te estoy queriendo tanto” y “A nadie” hace una pausa, mientras reflexiona, y continúa:

“Vivimos en un mundo muy raro, como decía José Alfredo Jiménez, y bueno pues nos ha tocado vivir aquí, ¿no? Vivamos lo más felizmente posible y sobre todo vivamos el presente. No tengamos esa ansiedad de vivir en el futuro ni de desear ser algo que no somos”.

Hablando de vivir el presente, te veo hablar tan razonadamente sobre estos temas y esta imagen contrasta con la que tenía de Javier Corcobado hace muchos años, a quien veía como un artista muy loco e intenso. ¿Cómo recuerdas al Javier Corcobado de los ochentas y noventas, y cómo te llevas con él?

Bueno, ha llegado un momento en que la persona y el personaje se han acercado mucho, al grado de que ya prácticamente son el mismo. Antes estaba muy separado el personaje de la persona, porque el personaje era una especie de chamán que se subía a los escenarios y se autoinmolaba; había mucha energía y mucha muestra de dolor y mucho ruido, y ahora digamos que ese ruido sigue ahí, porque el ruido a me excita profundamente, igual que el rock and roll. También he vuelto a practicar el grito, ahora que mi voz es más grave, como le pasó a Leonard Cohen con los años.

Foto: Cortesía | Aintzane Aranguena


Y ya que hablas de la energía del rock and roll, ¿qué es lo más intenso que has vivido con tus seguidores, ya sea arriba o debajo de los escenarios?

Me he encontrado con todo tipo de cosas, desde personas que se han intentado subir al escenario para luego saltar hacia el slam o que me avienten rosas o ropa interior. Recuerdo que durante el primer Vive Latino lanzaron condones al escenario… Pero también han hecho otras cosas muy bonitas. Por ejemplo, hay una familia de México que a uno de sus hijos lo bautizaron como
Corcobado
y a una de sus hijas le pusieron Diamanda”, por mi canción… Hay de todo, los fans hacen muchas locuras.

Seguro. ¿Qué planes hay para el futuro Javier?

Esperamos hacer una gira en México, si Dios quiere para esta primavera, además de la reedición de Somos demasiados. También llevo dos años escribiendo una novela que espero terminar pronto, y en todo eso estoy.

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