/ domingo 7 de octubre de 2018

Los Caligaris presentan su Espíritu payaso en el Auditorio Nacional

Los Caligaris presentaron su espectáculo en el coloso de Reforma con la compañía el cantante Pedro Fernández

Tener espíritu payaso significa cantar, gritar, saltar, pero sobre todo ser feliz y disfrutar el momento. Por eso es que Los Caligaris viven para eso y con cada concierto que dan ofrecen este sentimiento que a la menor provocación genera una fiesta circense.

En su paso por la Ciudad de México, donde tienen agotados cuatro conciertos en el Auditorio Nacional, la banda originaria de Córdoba, Argentina no dejó de transmitir su ilusión y los sueños que implica este Espíritu payaso. Cantaron, bailaron y hasta actos circenses hicieron.

En el escenario los globos de colores brotaban por doquier. Los llamativos trajes brillantes daban más vida a Camello y Entre vos y yo, canciones con la que abrieron su concierto. Las maromas o las actuaciones cómicas que hacían con sus bailarines daban risa mientras sonaba Mejilla izquierda o Bolso gris. Y el clásico tambor con el ritmo marchante prendía a todos en Oasis o Frijoles.

Todo payaso tiene sus trucos y sorpresas, pero Los Caligaris maximizaron esta idea a lo más. No solo rindieron homenaje a México cantando Florentino y Fermín, Olvidar y El viajero acompañados del Mariachi 2000, mientras sus integrantes vestían el traje típico del género. También tuvieron como invitado a Pedro Fernández.

“No lo conocíamos pero aquí en México es un número uno”, dijeron para introducirlo ante la incredibilidad de la mayoría de los asistentes que se volcó en gritos de asombro. Pedrito, como fue presentado, llegó y les dio clases de baile y con su gracia interpretó junto con la banda Yo el aventurero y Yo no fui, que rápidamente se robaron la noche.

La fiesta no paró en emociones. Dio espacio al romanticismo durante Quereme así; desató la euforia mientras Raúl, el baterista, aparecía por la parte trasera de la sala y corría hasta el escenario cantando Sencillez; la energía se contagió con las playeras agitándose en el aire mientras el público y sus narices rojas brillantes cantaban Kilómetros.

Al final Añejo W, Tyson y Que corran concluyeron con un show lleno de vida que se extendió por poco más de dos horas. Los Caligaris ofrecerán dos conciertos más hoy y mañana; ambas fechas están agotadas.

Tener espíritu payaso significa cantar, gritar, saltar, pero sobre todo ser feliz y disfrutar el momento. Por eso es que Los Caligaris viven para eso y con cada concierto que dan ofrecen este sentimiento que a la menor provocación genera una fiesta circense.

En su paso por la Ciudad de México, donde tienen agotados cuatro conciertos en el Auditorio Nacional, la banda originaria de Córdoba, Argentina no dejó de transmitir su ilusión y los sueños que implica este Espíritu payaso. Cantaron, bailaron y hasta actos circenses hicieron.

En el escenario los globos de colores brotaban por doquier. Los llamativos trajes brillantes daban más vida a Camello y Entre vos y yo, canciones con la que abrieron su concierto. Las maromas o las actuaciones cómicas que hacían con sus bailarines daban risa mientras sonaba Mejilla izquierda o Bolso gris. Y el clásico tambor con el ritmo marchante prendía a todos en Oasis o Frijoles.

Todo payaso tiene sus trucos y sorpresas, pero Los Caligaris maximizaron esta idea a lo más. No solo rindieron homenaje a México cantando Florentino y Fermín, Olvidar y El viajero acompañados del Mariachi 2000, mientras sus integrantes vestían el traje típico del género. También tuvieron como invitado a Pedro Fernández.

“No lo conocíamos pero aquí en México es un número uno”, dijeron para introducirlo ante la incredibilidad de la mayoría de los asistentes que se volcó en gritos de asombro. Pedrito, como fue presentado, llegó y les dio clases de baile y con su gracia interpretó junto con la banda Yo el aventurero y Yo no fui, que rápidamente se robaron la noche.

La fiesta no paró en emociones. Dio espacio al romanticismo durante Quereme así; desató la euforia mientras Raúl, el baterista, aparecía por la parte trasera de la sala y corría hasta el escenario cantando Sencillez; la energía se contagió con las playeras agitándose en el aire mientras el público y sus narices rojas brillantes cantaban Kilómetros.

Al final Añejo W, Tyson y Que corran concluyeron con un show lleno de vida que se extendió por poco más de dos horas. Los Caligaris ofrecerán dos conciertos más hoy y mañana; ambas fechas están agotadas.

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