Un grupo de socios pidió al gobierno del estado la disolución del Sistema de Transportes Urbanos de Tuxtla (Situtsa), debido a los problemas financieros que aquejan a la empresa responsable de la operación del “Conejobús”.
Alberto Flores, uno de los solicitantes, dijo ayer que Situtsa adeuda a los socios al menos 19 millones de pesos (mdp) por ingresos y uso de la ruta y concesiones que los reclamantes detentaban antes de la creación de ese sistema de transporte, durante el sexenio de Juan José Sabines Guerrero.
Al parecer la Organización de las Naciones Unidas (ONU) otorga al gobierno de Chiapas un subsidio de 300 millones de pesos porque el proyecto del “Conejobús” tiene como fundamento el empleo del biodiesel. Sin embargo, ese dinero “nosotros no lo vemos”. Por si fuera poco, los camiones casi nunca usaron dicho combustible y cuando lo hicieron fue producto importado de Brasil por el que los concesionarios pagaron 5 millones de pesos, denunció.
A eso hay que sumar, informó, las demandas laborales, el pasivo de 300 mdp que la organización sostiene con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y demás compromisos de índole económica.
Por esas razones, sólo 15 unidades laboran en la ruta 1 y cinco o seis en la ruta 2. En la última los usuarios esperan hasta 20 minutos para abordar. Además, todos los camiones trabajan sin seguro de pasajero y placas. Los choferes resienten las omisiones, porque deben cubrir daños generados durante los siniestros, aseguró.
Ante esa situación, Flores demandó a las autoridades de la nueva administración pública estatal la disolución de la empresa; así como la devolución del usufructo de las viejas rutas 1 y 2 para que los 127 socios regresen a trabajar como lo hicieron hasta 2009.