Previo a los festejos de los Todos los Santos y Fieles Difuntos, el 1 y 2 de noviembre, empiezan a llegar las calabazas a los mercados públicos de la capital, 365 días esperan los campesinos para poder acomodar su producto, una pieza de dos kilogramos tiene un precio de 25 pesos, esto es, el kilogramo 12.50 pesos, aunque la mayoría del producto se oferta por pieza, el mayor valor alcanza los 170 pesos.
De acuerdo con Doña Juana Luna, del Mercado Público Municipal Rafael Pascasio Gamboa, de Tuxtla Gutiérrez, en su local apenas introduce el producto, no tiene más que 20 piezas, las está promocionando entre su clientela, están a la vista en su local, lo mismo ofrece enteras que partidas por mitad, considera que si el producto tiene demanda la siguiente semana estaría introduciendo un valor volumen.
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Por otra parte, doña Amparo López, del Mercado Público Municipal Gustavo Díaz Ordáz o Juan Sabines, casi coincide con los precios del anterior centro de abasto, se trata de atraer a la clientela y espera posicionarlo antes del inicio de noviembre, fecha en que las familias ocupan el producto para elaborar los dulces conmemorativos de la fiesta tradicional de Todos los Santos y Fieles Difuntos.
En ambos centros de abasto aun no se encuentra una gran oferta de la calabaza, más bien se espera que la población pueda ubicar al producto, donde es posible conseguirlo desde los 25 pesos, 50 pesos, 70, pesos, 80 pesos, 100 pesos, o más, dependiendo el tamaño y el peso, se trata de que haya la demanda, junto con la calabaza también se oferta la panela de caña y la caña, productos que se emplean en la conmemoración de estas fechas.
En Tuxtla Gutiérrez se elabora el dulce de la calabaza con panela y rajas de caña, una vez que está listo, se sirve en jícara o plato de barro preferentemente para colocarlo en el altar del hogar que ha sido adornado con fotografías de los familiares que han partido de este mundo, así como frutas de la región donde habrá de permanecer hasta el día tres de noviembre, aunque también la costumbre es regalar una porción a niños y adultos que pasan a pedir dulces.
No todos los locatarios de ambos mercados acostumbran a introducir en estas fechas las calabazas, más bien aquellos que se dedican a la venta de frutas y verduras, aunque todo depende de la demanda del producto, invierten en la compra y desean colocar en el gusto de la gente a precios accesibles, creen que en medio de la pandemia del Covid-19 habrá quienes preparen el dulce de la calabaza y seguramente quienes salgan en estas fechas a pedir dulces y quienes desde sus hogares les sirvan.
