La pandemia del coronavirus (Covid-19) está generando grandes cambios en los estilos de vida, la población tendrá que estar más al cuidado de su salud, una de las medidas de prevención es el confinamiento en el hogar, sin embargo, está causando problemas de ansiedad y depresión entre la población, expuso Jesús Baltierra Hernández, director de Salud mental y Adicciones de la secretaría de Salud.
Expuso que la ansiedad es el síntoma neurótico por excelencia, es el síntoma de la neurosis y es la respuesta más comúnmente desarrollada por la población que se mueve a ritmos vertiginosos, la adecuación del hombre con su deseo y con sus objetos de la satisfacción, se mueve y en ese sentido, tiene que desarrollar capacidades adaptativas a gran velocidad.
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Subrayó que la población que está más expuesta por este confinamiento es aquella que tenía deficiente respuesta frente a cualquier estímulo y que frente a esta pandemia son más frágiles de responder emocionalmente con la adecuación al estímulo presente, la ansiedad es patológica, se trata de una reacción irracional de una desmedida respuesta ante un estímulo que no la requiere.
Frente a esta pandemia que ha originado el quedarse en casa se invierten los papeles, la amenaza hacia la población requiere un estímulo racional, muy moderado, mucha templanza, una respuesta con planeación y con mucha organización, reiteró.
Compartió que el tratamiento médico y psicológico adecuado debe garantizar un equilibrio cerebral en la persona y desentrañar lo que está oculto, la ansiedad es el síntoma característico de la neurosis y esta es un estado disfuncional, es decir, el neurótico es alguien que está atrapado en un conflicto que le impide una sana relación, con uno mismo, con los demás y con el mundo.
En ese sentido, Alfredo Bello Lovata, psiquiatra de la Unidad de Salud Mental “San Agustín”, de la secretaría de Salud, expuso que hay personas que tienen mecanismos de defensa frente a la amenaza de la pandemia, otros que requieren atención psicológica y por ello el diagnóstico se orienta en algunos casos también a los familiares del paciente.
Hay quienes pueden estar enfermos y no se dan cuenta, hay que monitorear a quienes no actúan congruentemente, que tienen miedo, que creen que su corazón palpita más fuerte, que nos disfruta la vida, que se puede morir y que no hay futuro, complica su adaptación en el trabajo y son señales que hay que atender, subrayó.
Puntualizó que las respuestas de un neurótico son inadecuadas y no se ajustan a la demanda del estímulo y casi siempre genera malestar donde está y con quien está, la gente no tiene mal carácter, más bien una respuesta inadecuada a los estímulos y, por lo tanto, es casi imposible que encuentre un lugar donde se encuentre en paz.
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