Con el rostro lleno de lágrimas y valentía, Lupita, trabajadora de la Fiscalía General del Estado, denunció públicamente a su jefe, el comandante de la policía ministerial Ernesto “N”, acusándolo de abuso sexual y físico. En un acto de desesperación y coraje, Lupita compartió su testimonio en redes sociales, enfrentándose no solo a la violencia de su agresor, sino a un sistema que, en sus palabras, "no protege a las mujeres."
En respuesta a su denuncia, la Fiscalía emitió un boletín informando sobre la suspensión temporal del comandante y el inicio de una investigación en su contra. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y Lupita teme por su vida: mientras permanece hospitalizada, ha recibido amenazas, y personas identificadas como escoltas de su agresor intentaron ingresar al hospital, alegando tener autorización para verla.
Ante esta situación, colectivas feministas han alzado la voz en defensa de Lupita, exigiendo medidas urgentes de protección para ella y su familia, así como una investigación exhaustiva que lleve al agresor a enfrentar la justicia. Las organizaciones recalcan el contexto de violencia feminicida en Chiapas, donde, solo en 2024, ya se contabilizan 31 mujeres asesinadas en condiciones de violencia de género.
Las colectivas piden a las autoridades competentes actuar con celeridad y garantizar la integridad física, familiar y laboral de Lupita. Exigen que el sistema de justicia no solo la proteja, sino que también proporcione respuestas contundentes y eficaces ante casos de violencia de género dentro de sus propias instituciones.
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