“Pensaba que iba a morir, mi mayor preocupación era que había contagiado a mi mamá”, asegura Alicia Bernal Velasco, sobreviviente de Covid-19, tras complicaciones y estar conectada a un tanque de oxígeno por días.
Tiene 43 años, narra su experiencia e indica que a trabajar home office, acatar las medidas preventivas como el cubrebocas, gel antibacterial y salir sólo a lo básico para subsistir ella y su madre, un descuido bastó para contraer coronavirus y contagiar a su progenitora, quien por su condición de salud desde que inició la pandemia se había confinado.
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El 3 de junio inició con dolor en la espalda baja y fiebre superior a 38 grados, síntomas que presentó su mamá, sin imaginar que se habían contagiado. A los 5 días empeoró, perdiendo olfato y el gusto, además empezó con dificultad para respirar y decidió acudir a un médico particular, quien le dijo que por la sintomatología era sospechoso de Covid-19, lo que confirmó una prueba, le biotratamiento y la envió a casa. Ahí su condición se complicó y tuvo que conectarse a un tanque de oxígeno, cuyo artefacto fue difícil conseguir, antela demanda del producto medicinal.
“Fueron días horribles, falta el aire y sientes que puedes morir. La desesperación aumenta cuando no se puede conseguir lo que necesitas, sólo me encomendé a Dios y pedí que nos ayudara a salir de esta enfermedad”, abundó.
Dice que finalmente lograron conseguir el oxígeno que sirvió de respirador artificial a su madre y a ella pero conforme pasaron los días mi salud se complicó más debido a un cuadro de asma, padecimiento que había presentado en su niñez.
“El médico estaba pendiente de mí y me dijo que si no mejoraba debía internarme en un hospital Covid-19, pero tenía miedo por todo lo que se escucha sobre que al llegar allá te matan, además, me preocupaba mucho que mi madre estuviera enferma y yo no pudiera velar ya por ella”, sostuvo.
Fue a los 15 días de complicaciones que la medicina dio resultado y empezó a poder respirar sin agitarse, sin necesidad de seguir conectada al oxígeno, por lo que agradeció a Dios por ayudarla, pues nunca había estado tan cerca de la muerte.
Han pasado 36 días y aún tiene molestias, pero está feliz, “agradezco a Dios por esta nueva oportunidad de vida. El Covid-19 existe, por lo que no deben de bajar la guardia y extremar precauciones”.
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