Por la “actitud” con la que los potenciales beneficiarios cumplirán sus tareas, la iniciativa privada (IP) del estado toma con reservas “Jóvenes Construyendo el Futuro”, el programa con el que el gobierno federal pretende activar a las personas de entre 18 y 29 años que no estudian ni trabajan.
Para el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en el estado, Enoch Gutiérrez Cruz, será “complicado” que una empresa incorpore a su plantilla a alguien que no está capacitado y que “en muchas ocasiones no tiene tampoco el incentivo de trabajar”.
La responsabilidad que tiene un becario no es la misma en comparación con la que tiene un sujeto que entra a una empresa por contrato. Además, si un individuo no estudia ni trabaja es porque “alguien le resuelve su situación económica”, afirmó.
Para fortalece el plan, recomendó a las autoridades otorgar un estímulo a la gente que concluya su estancia de aprendizaje, por ejemplo, una certificación en la o las competencias obtenidas durante su adiestramiento.
Hoy la iniciativa sólo prevé que quienes sean favorecidos reciban una constancia de la capacitación recibida, acompañada de una carta de recomendación expedida por el negocio receptor “si el chico o chica se portó bien”, aseguró.
A pesar de esos inconvenientes, Gutiérrez Cruz opinó que “Jóvenes Construyendo el Futuro” es una buena oportunidad para que la juventud tenga un acercamiento a las condiciones actuales del mercado laboral. Además, las reglas de operación del programa impiden ocupar a la población beneficiaria en actividades no acordes a su finalidad. Inspectores de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social federal (STPS) revisarán el desempeño del becario y el trato brindado por el establecimiento.
Sin embargo, a las autoridades les debe “caer el veinte” que las fuentes de empleo no las genera el gobierno sino la IP, puntualizó.