Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s) así como el incremento de negocios con renta de computadoras en la ciudad han hecho que las personas dedicadas a redactar oficios o documentos, mejor conocidos como “escribanos” estén a punto de desaparecer en Tapachula, pues este oficio ha sido reemplazado por los procesadores de texto.
Don Miguel Héctor Liévano Morales, tiene 73 años de edad y es el único escribano que queda en el parque Benito Juárez, ubicado en pleno Centro de Tapachula, comenta cómo este oficio ha sido reemplazado al paso de los años, y que cada vez son menos personas las que solicitan sus servicios.
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Dice que él desde hace más de 30 años se dedica a este oficio, donde su única herramienta de trabajo es una máquina mecánica de escribir. Su oficina, ahora está pegada a un rincón del baño público atrás del parque Benito Juárez y consta de una mesa y una silla que ya resienten el paso de los años, ya que todos los días desde muy temprano espera a que las personas acudan a solicitar su apoyo para llevar el sustento diario a su familia.
Don Miguel recordó hace unos 15 años atrás aún eran muy solicitado su apoyo por la gente para la elaboración de documentos, oficios, solicitudes para autoridades municipales, redacción de cartas de todo tipo o llenado de formatos, por lo que sus manos le eran insuficientes para la gran cantidad de escritos que debía elaborar.
"Antes había aquí mismo varias personas que se dedicaban a la redacción de documentos en sus máquinas de escribir, pero la tecnología los ha extinguido y la demanda de nuestros servicios se ha reducido mucho", abundó. A pesar de este panorama difícil, por muchos años él ha sobrevivido al avance de la tecnología, sobre todo, gracias a que las personas de la zona Alta de Tapachula, gente adulta que aún recurren a solicitar sus servicios.
Hoy en día apenas y puede recaudar para cubrir las necesidades de su familia, ya que pasan horas sin que alguien llegue a solicitar de su apoyo, sobre todo, porque ahora los jóvenes tiene mayor acceso a las computadoras, aunado a que la mayoría de las dependencias sólo reciben documentos elaborados con procesadores de texto.
Finalmente, don Miguel puntualiza que ante la difícil situación económica que se vive en el país, la gente solo paga entre 20 o 30 pesos por documento, por lo que hay días que apenas y logra obtener recursos para los alimentos, sin embargo, la pasión y el