Mtozintla, Chiapas.- En la montaña de Chiapas, en la zona Sierra Mariscal, el tráfico de gasolina proveniente de Guatemala es una práctica que a diario deja buenas ganancias para aquellos que cargan con bidones y cruzan la frontera enmarcada por amplias mesetas.
El paso clandestino de gasolina está cubierto por la espesa neblina que cubre a varias comunidades como Niquivil (México) y Chahuate ( Guatemala), sin que alguna autoridad realice operativos para acabar con la reventa de combustible.
¿A cuánto el litro? -A 14 pesos “patrón”- responde el hombre ataviado en una chamarra, asomando apenas el rostro.
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Es decir, en 10 litros de gasolina súper, la equivalente a Premium en México, el comprador paga un aproximado de 140 pesos; en 20 litros, el costo es de 240 pesos, mientras que a pocos kilómetros de ese punto denominado Las Cruces, en un establecimiento de Pemex, el litro de la gasolina “roja” oscila en los 20.10 pesos.
Seis pesos más que repercuten en el bolsillo de quienes tienen al alcance estos bidones, adquiridos para poder transportarse, la mayoría, en camionetas con góndolas debido a que muchos se dedican a tareas del campo y transitan por terrenos accidentados.
Guatemala, al no tener un monopolio en el ramo de combustibles, permite la competencia entre varias marcas que llegan directo de Estados Unidos a través de barcos, los cuales atracan en puertos del Océano Pacífico y de inmediato suministran la gasolina en ductos que llegan a las refinerías y después a cada uno de los establecimientos con venta.
La libre compra de una marca u otra de combustible da paso a que el consumidor elija la de mayor preferencia, esta condición de libre mercado de combustibles, permite a cientos de traficantes trasladar los bidones hasta territorio mexicano sin que también en aquel país existan filtros de vigilancia rigurosos.
Uno de los consumidores, relata que quienes más consumen estas garrafas de gasolina son pobladores que radican en municipios como Siltepec, El Porvenir y La Grandeza, todos asentados a más de 2,700 metros sobre el nivel mar, donde los servicios básicos llegan de manera pausada.
Hasta esta región de la entidad, la Guardia Nacional se mantiene al margen con este delito que impera en varios municipios, incluido Motozintla, la capital regional de la sierra.
Nadie combate esta práctica ante los ojos de todos, incluso de las autoridades.
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