En su mensaje dominical el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, rechazó los actos violentos ocurrido la semana pasada entre elementos de la Guardia Nacional e integrantes de la caravana migrante, al asegurar que esta es la solución al problema migratorio.
Dijo que esta semana han seguido con gran preocupación la suerte de tantos hermanos migrantes que iniciaron un camino lleno de incertidumbre, dolor y sufrimiento por la ruta costera, en donde se ha ido generando un clima cada vez más candente de confrontación.
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Señaló que ahora han surgido actos más violentos, muerte y lesionados, pero una confrontación que no solo queda en la carretera, sino que también está generando descontentos entre la misma sociedad, agudizado por las mismas descalificaciones vertidas en medios de comunicación.
Indicó que iglesia católica expresan su profunda preocupación a las autoridades civiles ante esta dolorosa realidad y externan su más profundo rechazo por los actos violentos que se asustaron la semana pasada, sin importar venga de quien venga, ya que nada justifica la violencia.
Enfatizó que no es en las calles ni en las carreteras donde se deben encontrar soluciones, sino en una política que haga justicia al gran humanismo, arraigado en una larga tradición mexicana, cuyo soporte es un corazón noble y generoso, que ha caracterizado a las personas y comunidades de los pueblos chiapanecos hacia la comunidad migrante.
Reconoció que solo el camino del respeto profundo la dignidad de las personas y a sus derechos migrantes y no migrantes puede generar un ambiente de paz y de concordia para todos: "porque Cristo es nuestra Paz, él ha reconciliado a los dos pueblos con Dios uniéndolos en un solo cuerpo por medio de la cruz y destruyendo la enemistad".
Puntualizó que el fenómeno migratorio es cada vez más complejo a la suma de factores que lo envuelven como el político, el social, el económico, van apareciendo otros que lo colocan en un punto donde se agotan las posibles soluciones que lo pueden encauzar por un buen camino.
