Cintalapa.—Santiago Robles dejó el volante para a partir de ahora continuar su vida en compañía de su familia, a quien le debe mucho tiempo tras los sacrificios que implica ser transportista.
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Don Santiago comenzó en el volante en el año de 1984, pues a pesar de ser un oficio complicado, comenzó a encontrarle gusto a esta tarea de viajar diariamente en su autobús, brindando el servicio a cientos de personas que abordaban su unidad diariamente.
Quienes lo conocieron lo describen como una persona muy amable, con charlas amenas y buenas atenciones a quienes hacían uso del autobús que maniobraba, pero también lo recuerdan como una persona muy responsable.
Don Santiago Robles, también conocido como Bueyón, en el gremio de transporte, es un personaje muy querido de esta región y de Cintalapa, por lo que las felicitaciones y reconocimientos no cesaron en su último viaje.
Como cualquier día, inició su labor encomendándose a Dios para de allí tomar el volante, no sin antes colocar una lona con el mensaje de que se jubilaba, por lo que quienes tomaron su servicio en este día no dejaron pasar la oportunidad de felicitarlo y agradecerle su último viaje.
Tras 40 años de servir como transportista y orgulloso de este tiempo que ha podido brindar su servicio, dejó la unidad AVC, agradeciendo a todos los que hicieron posible que pudiera tener este empleo que le permitió brindarle las herramientas a su hogar.
Es así que Don Santiago se despidió orgulloso, pues ahora toca disfrutar de su familia, de sus nietos, ya que fue su ultimo viaje como transportista y seguirá su ruta pero en casa, en compañía de sus seres queridos.
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