Para evitar una guerra comercial con Estados Unidos de Norteamérica, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, aceptó asegurar la frontera con Guatemala con la presencia de por lo menos seis mil oficiales de la Guardia Nacional, también accedió a permitir que más solicitantes de asilo esperen en México mientras sus casos se revisan en Estados Unidos.
Al respecto, el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, dijo que sería una pena que, para salvaguardar la relación con un país, se tengan que ceder los principios que han caracterizado a México, que históricamente ha acogido libremente a los hermanos migrantes.
Dijo que iniciar la persecución de migrantes sería dejar de tratarlos como hermanos para que sean tratados como animales, por lo que consideró que esta situación debe llevar a la reflexión.
“Ahorita lo que tenemos que ver es que nosotros, que somos frontera, no tomemos actitudes egoístas ni racistas contra nuestros hermanos migrantes, porque lo que pueda hacer Trump (presidente de Estados Unidos) o el gobierno mexicano, no es que no nos interese, pero no nos debe llevar a dejar de hacer lo que a nosotros nos toca hacer, que es no patear a nuestros hermanos que necesitan de nuestras manos”, dijo.
A ello, el jerarca católico, puntualizó que, en la que medida que la sociedad mexicana, específicamente de Chiapas, pueda ayudar a alguien, con esa misma intensidad no deben permitir que otros digan que es lo que se debe hacer.
“Tenemos principios y que creemos en Dios y vemos al otro, no como un enemigo, ni siquiera como un extranjero, sino como alguien que nos viene a pedir ayuda, por lo tanto es nuestro hermano y debemos ser responsables de ellos”, expresó.
Cabe recordar que, Andrés Manuel López Obrador, llegó al poder con la promesa de combatir los índices récord de homicidios con un nuevo enfoque: la creación de una Guardia Nacional conformada por soldados y policías y hoy, elementos del mismo grupo de seguridad serán enviados a Chiapas para reguardar a la frontera sur.