Así fruto de su esfuerzo gane los siete mil 550 pesos mensuales que los expertos estiman que son suficientes para que una familia tradicional cubra sus necesidades, nunca recibirá su sueldo de manera íntegra, sobre todo si trabaja en condiciones formales para la iniciativa privada (IP). La razón: los impuestos, aquellos que provocan que el salario real disminuya más del 20 por ciento.
El síndico del contribuyente del Consejo Coordinador Empresarial del estado (CCE), Néstor Gabriel López López mencionó que hay dos conceptos de los que la dieta de un empleado formal del sector privado prácticamente no puede zafar: La cuota del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Impuesto Sobre la Renta (ISR). Sólo por el primero los sueldos registran un descuento equivalente a tres puntos porcentuales.
El segundo –aseveró– es aplicado con base en el principio de proporcionalidad, que puede traducirse en la máxima de que quien perciba más pagará más y viceversa. Bajo estas circunstancias, el ingreso estará reduciéndose entre dos y 35 por ciento.
“DOLOROSA” MERMA
Un ejemplo: un subordinado que embolsa 12 mil pesos tendrá una baja de 17.92 por ciento en su salario por el ISR. A ello hay que sumar la “quita” de tres puntos porcentuales por la aportación del IMSS. La merma total será de 20.92 por ciento. Eso significa que el trabajador recibirá en términos reales sólo nueve mil 490 pesos, dos mil 510 pesos menos que el monto original.
Esa es la razón por la que un estudio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) calificó la carga fiscal del sueldo de un empleado de la IP que labora en la formalidad en México como la más pesada del continente, cuatro por ciento por arriba del promedio, destacó.
El expresidente del Colegio de Contadores Públicos Chiapanecos (Ccpch) informó que además hay que sumar deducciones por prestaciones previstas en la ley que son solicitadas de manera voluntaria. El goce de algunas de ellas es necesario. En este supuesto están los créditos de los institutos de los fondos nacionales para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) y para el Consumo de los Trabajadores (Infonacot).
Adicionalmente, hay beneficios extras de petición voluntaria y que en muchas ocasiones también son necesarios, como caja de ahorro, financiamiento para automóvil, renta de equipo de telefonía celular y seguros. Eso sin contar que exista pensión alimenticia de por medio o de cualquier otro tipo.
“Una vez descontado ese efecto tributario el trabajador entra en modalidades de financiamiento particulares por convenio el trabajador acuerda con el patrón para que le descuente” afirmó.
Para López López, el regreso de la deducción total de la llamada “prestación social” es una de las alternativas para aligerar el “peso” de los impuestos en el salario de los empleados del sector particular ocupados en la formalidad.
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