Desde hace unos meses han ingresado caravanas migrantes a la frontera sur que divide a México con Guatemala, la mayoría integrada por guatemaltecos, salvadoreños, nicaragüenses, hondureños, incluso extra continentales, procedentes de África e India, en la búsqueda de mejores oportunidades de vida, mismas que, por la crisis económica de sus países, esperan encontrar en México o Estados Unidos.
Desde el inicio, dentro de estos grupos también han venido inmersos miembros de la población Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgenero e Intersexual (LGBTTI), quienes más que escapar de las adversidades económicas, lo han hecho para no convertirse en estadísticas de asesinatos y discriminación a causa de su preferencia sexual.
Así lo dio a conocer Darwin Pereyra, miembro de la Red Mesoamericana de Apoyo al Migrante LGBTTI, quien, además, lamentó que los miembros de esta población han tenido que sortear más discriminación por parte de sus compañeros viajantes en su cruce por la frontera.
Por tal razón, dijo que la Red ha acompañado lo mejor posible a estas personas para evitar que sean violentados por los demás migrantes que buscan arribar a México a través de la frontera que se encuentra en Chiapas.
Por otra parte, dijo que, al no encontrar empleos temporales o fijos en México, debido a su condición (migrante), la mayoría (de la disidencia sexual) tienen que someterse al trabajo sexual para poder ganar dinero y así sostener su estadía o reunir dinero para su viaje hacia Estados Unidos.
En este sentido, lamentó que la discriminación no sólo impere en la sociedad, sino hasta en las mismas autoridades de migración, sin embargo, agradeció la intervención que ha tenido la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en México y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, quienes han cooperado para garantizar a estas personas un buen trato y respecto a sus identidades y preferencias sexuales.