Sepultan a primeras víctimas de accidente

Lo que más nos duele es el abandono de las autoridades, afirman deudos de migrantes que tuvieron que ver por el traslado de sus familiares muertos

EDUARDO TORRES/Enviado / Diario del Sur

  · miércoles 13 de marzo de 2019

Los familiares velan a sus seres queridos que murieron en el accidente. / Eduardo Torres

San Marcos, Guatemala.- La aldea Nicá está de luto. Cinco de los 24 guatemaltecos que perdieron la vida en el trágico accidente carretero el pasado 7 de marzo al norte de Chiapas, han regresado a sus humildes viviendas, de donde salieron en dos pies y volvieron en un ataúd.

Desde este lunes los cuerpos de al menos 11 centroamericanos han sido repatriados desde Tuxtla Gutiérrez hacia sus lugares de origen. Los primeros en tener un cortejo fúnebre han sido cinco jóvenes de esta aldea localizada en el departamento de San Marcos, colindante con Chiapas.

Reyna Pérez, relató que su hija Yésica salió de Nicá para buscar mejores oportunidades de vida; sin embargo, no consiguió llegar a su destino final: Estados Unidos. Ahora, no cree en la ayuda del gobierno de Guatemala, que asegura los ha dejado a la deriva desde que ocurrió el accidente en el que perdieran la vida varios menores de edad y adultos.

La calamidad y el luto ha envuelto a una comunidad de escasos recursos, donde viven del campo y la migración es una constante, un modo de vida con el que nacen. Cientos de pobladores han velado los cuerpos de estas cinco personas desde la noche del martes y, horas después, han marchado al panteón ejidal para sepultarlos y verlos por última vez.



Las familias no despiertan de la pesadilla que han tenido que pasar desde que se enteraron del accidente. Muchos tuvieron que viajar a México con sus propios recursos para poder traer de vuelta a sus seres queridos. Don Ricolino estuvo tres días en la capital de Chiapas a la espera de que le entregaran a su hijo Delfino Cash Felipe, de 17 años de edad, y lo hizo con su dinero.

Relató que sus hijos tuvieron que enviarle dinero desde el norte de Estados Unidos para poder subsistir. Incluso, tuvo que comprar pollos preparados para compartirlos con otros padres que también estaban a la espera de noticias.

“No tomamos agua, comida apenas teníamos, por eso el gobierno mexicano y guatemalteco mienten cuando dicen que nos apoyaron o que han puesto toda su atención en este caso, nunca lo hicieron y no lo harán con nosotros los pobres”, apuntó.



“Con la bendición de Dios y a pesar de nuestro dolor, pudimos traer de vuelta a mi hijo para velarlo y darle cristiana sepultura. Ver el dolor de los demás padres o hermanos, ver todo eso, a la gente amanecer parados o acostados en banquetas, con la esperanza de ver a sus familiares, es lo peor que me ha tocado vivir”, finalizó.

Cabe señalar que los demás finados son originarios de comunidades asentadas en Quezaltenango, Mazatenango, Comitancillo, Suchitepéquez, Nuevo Progreso y Tlajumulco.