“Vamos por unas cervezas tío, acá a la esquina, hace harto calor”, comentó el sobrino durante esa noche del domingo y, titubeante, el segundo le respondió: “No hijo, traigo problemas, mejor me quedo acá en la casa, ve tú solo”, dijo estoico; así que el sobrino se levantó de la banqueta y replicó, “vamos los dos pues y así no hay pedo”.
Por lo que, decididos, ambos se dirigieron al Cervecentro de la colonia Patria Nueva y al arribar al lugar, la noche se estremeció con los disparos por armas de fuego. Ambos perdieron la vida debido a las balas alojadas en sus extremidades.
Eran las 21:20 horas, Francisco Javier Robles Ramírez llegó presuroso a su casa, ubicada sobre la calle Ahuehuete de la referida colonia.
“Mi amor, me encontré con Límbano “N” y me sacó un arma de fuego, este cabrón me la puso en la espalda, pero me eché a correr y afortunadamente no me disparó”, le confesó Francisco a su esposa Nancy.
Pensativos, los dos resolvieron sentarse sobre la banqueta, situada frente a su domicilio y ahí decidieron ponerse a platicar.
La pareja observó un vehículo gris, el cual se desplazaba muy lento y el copiloto los vio desde la ventanilla, para después acelerar con dirección al poniente.
Conforme transcurrían los minutos, se acercó el sobrino de Francisco, de nombre Miguel Ángel Robles Santiago y le pidió de favor que le fuera a comprar unas cervezas a un negocio sobre la avenida Nogal Oriente.
Sin embargo, Francisco le expresó, “no hijo, traigo problemas y mejor ve tú solo, porque ahorita me andan buscando”.
Decidido, Miguel buscó la manera de convencer a su tío al grado de que Francisco terminó diciéndole, “de acuerdo, pero vamos los dos”.
Así que ambos caminaron con dirección al Cervecentro y fue ahí cuando se escucharon diversas detonaciones por arma de fuego y en seguida, diversos gritos sobrecogedores.
En la escena se veían ir y venir diversas personas, algunas se tomaban de los cabellos mientras otras solicitaban por teléfono el apoyo de los equipos de emergencia. Ninguna ambulancia quiso presentarse a socorrerlos.
En un enorme charco de sangre yacía Francisco, quien al parecer caminó unos cuantos pasos para después desvanecerse en el suelo; a un par de metros se hallaba Miguel y, a un costado un individuo aún no identificado, quien al parecer únicamente estaba en el momento y lugar equivocado.
Al dar las 21:35 horas, los elementos policiacos arribaron para tomar conocimiento y acordonar la zona en espera de los Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado.
“Hagan que venga una ambulancia, no puede ser posible que no arribe ninguna; estas personas se están desangrando, oficiales”, increpó un colono a las fuerzas de seguridad.
Tras tanta insistencia, finalmente se trasladaron a los tres sujetos a bordo de dos patrullas y con dirección al Hospital Chiapas Nos Une “Dr. Gilberto Gómez Maza”, para recibir asistencia médica profesional.
Cabe precisar que, ningún testigo quiso decir una sola palabra de lo que sucedió y tampoco mencionaron una sola característica para que los agentes pudieran tener una línea de investigación.
Más tarde, los galenos confirmaron la muerte de Francisco y Miguel, los cuales no resistieron los disparos alojados en el estómago; en tanto el tercero, logró ser dado de alta debido a que las heridas sufridas no pusieron en riesgo su salud.