Cuando Diana Raquel salió de su natal Nicaragua, lo hizo armada únicamente con el deseo de lograr tener una mejor vida para ella misma y para sus dos hijos que se quedaban a cargo de su madre, junto con ellos, su corazón y su dolor de tener que dejarlos.
La travesía fue larga pero logró llegar, dicen, a Tapachula, la ciudad fronteriza que da inicio a México en el Sur y donde tantos y tantas migrantes han comenzado a sentirse seguros, a tan sólo un paso de la meta final: llegar a Estados Unidos y cumplir el famoso “sueño americano”.
Una vez en Tapachula, Diana tuvo que recurrir a lo que la mayoría de migrantes mujeres que buscan empleo y no encuentran: trabajar como mesera en un bar, así fue como comenzó a enviar la ayuda a cuenta gotas a su madre que, en Nicaragua se quedó luchando contra la pobreza y esperanzada en que su hija lograría su meta de una vida mejor.
Desafortunadamente, esta no es una historia de éxito, sino más bien de angustia y desesperación, pues hace 14 meses que Juana Flores, no ha tenido noticia alguna de su hija Diana Raquel, ha sido inútil cualquier intento de contactarla o de lograr conocer su paradero y la angustia crece con cada día que pasa.
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En medio de un pobreza, la mujer se las ingenió para acudir a las autoridades mexicanas y reportar la desaparición de su hija, lamentablemente, su caso no ha prosperado tal como ocurre con los cientos de casos que se acumulan en las mesas de investigación de las fiscalías en todo el país, tanto locales como del migrante.
Apenas en el 2020 la Comisión Nacional de Derechos Humanos presentaba un Análisis Situacional de los Derechos Humanos de las Personas Desaparecidas y No Localizadas, en el que, entre otras cosas habla del acompañamiento que han debido dar a colectivos que buscan a personas desaparecidas ante la evidente incapacidad del estado en dar soporte a los familiares de personas extraviadas o desaparecidas.
Para Juana Flores no ha sido diferente, hace 14 meses que la angustia la carcome junto con el hambre y la necesidad de sacar adelante a sus dos nietos, hijos de Diana Raquel de quien lo último que se supo es que vivía en Tapachula en la colonia Colinas del Rey.
La madre aún espera el milagro de volver a ver a su hija o al menos, saber qué ha sido de ella, por eso pide a quien la haya conocido o tenga algún dato que pueda ayudar a la investigación, que se ponga en contacto con ella, al número 50585548424.
