/ lunes 22 de abril de 2024

Libertas Capitur / ¿Para cuándo la paz en Chiapas?

La Iglesia Católica mexicana mantiene su tradición de lucha por los pobres que en Chiapas son el 67.37%, de una población de más de 5.5 millones de personas. ¡3.7 millones de chiapanecos en el olvido y la precariedad!

En el estado con más alto grado de marginación en México, su población padece deficiencias severas de alimentación, salud, educación, vivienda, ingresos monetarios, servicios básicos, etcétera.

Y está situación se agrava con una inseguridad galopante que produce miedo, impotencia, desconfianza e incertidumbre en la población; que se incrementó sensiblemente durante el actual Gobierno de Morena.

La Conferencia del Episcopado Mexicano convocó a los candidatos a la presidencia de la república a firmar un “Compromiso Nacional por la Paz”, para promover el desarrollo armónico de las regiones de México.

¿Quién podría negarse a firmarlo? Y sin embargo, inopinadamente Sheinbaum, la candidata oficialista, puso “peros” al esfuerzo de la iglesia Católica y negó la realidad que todo México padece, en especial Chiapas.

Sheinbaum negó que la gente padece miedo, impotencia, desconfianza e incertidumbre; y que la inseguridad no existe. ¿Pensaría por algún momento en Chiapas? Es claro que no.

Sheinbaum negó que la desesperación, la marginación y la falta de justicia social alimentan las redes del crimen. ¿Tendría en la cabeza a Chiapas? Obvio, no.

Sheinbaum también negó que los datos del sistema nacional de seguridad no resulten confiables y que los organismos de justicia necesiten mayor presupuesto. Es evidente que no piensa en Chiapas.

La realidad que expresa la Iglesia Católica en su análisis, es producto del consenso y la experiencia que provienen de todos los rincones del país. La misma realidad de la que todos los mexicanos somos testigos, cuando no víctimas.

Y sin embargo, la candidata de Morena optó por la negativa. Para Sheinbaum los millones de pobres y las decenas de miles de víctimas de la violencia, no le motivan reconocimiento, mucho menos dolor.

La “Dama de Hielo” mostró de nuevo su ya icónica insensibilidad ante la tragedia humana, como ocurrió con las víctimas mortales en el Colegio Rébsamen y en la línea 12 del Metro; o cuando mandó derribar la capilla de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en la CDMX.

Chiapas cumple este año 200 años de Anexión a México. Que sea el estado más pobre y de los más violentos de la república, debería considerarse una tragedia digna cuando menos de reconocimiento, como básicamente pide el Episcopado mexicano.

Y cuando todos deberíamos estar unidos para luchar contra la pobreza y el abandono que injustamente padece, todavía hay quien se niega a reconocer el drama que viven casi 4 millones de chiapanecos todos los días, como lo hizo la candidata de Morena.

Y aquí surge la pregunta, que en lo más íntimo de su conciencia, a cada chiapaneco le correspondería resolver: ¿Para cuándo la Paz en Chiapas?

La Iglesia Católica mexicana mantiene su tradición de lucha por los pobres que en Chiapas son el 67.37%, de una población de más de 5.5 millones de personas. ¡3.7 millones de chiapanecos en el olvido y la precariedad!

En el estado con más alto grado de marginación en México, su población padece deficiencias severas de alimentación, salud, educación, vivienda, ingresos monetarios, servicios básicos, etcétera.

Y está situación se agrava con una inseguridad galopante que produce miedo, impotencia, desconfianza e incertidumbre en la población; que se incrementó sensiblemente durante el actual Gobierno de Morena.

La Conferencia del Episcopado Mexicano convocó a los candidatos a la presidencia de la república a firmar un “Compromiso Nacional por la Paz”, para promover el desarrollo armónico de las regiones de México.

¿Quién podría negarse a firmarlo? Y sin embargo, inopinadamente Sheinbaum, la candidata oficialista, puso “peros” al esfuerzo de la iglesia Católica y negó la realidad que todo México padece, en especial Chiapas.

Sheinbaum negó que la gente padece miedo, impotencia, desconfianza e incertidumbre; y que la inseguridad no existe. ¿Pensaría por algún momento en Chiapas? Es claro que no.

Sheinbaum negó que la desesperación, la marginación y la falta de justicia social alimentan las redes del crimen. ¿Tendría en la cabeza a Chiapas? Obvio, no.

Sheinbaum también negó que los datos del sistema nacional de seguridad no resulten confiables y que los organismos de justicia necesiten mayor presupuesto. Es evidente que no piensa en Chiapas.

La realidad que expresa la Iglesia Católica en su análisis, es producto del consenso y la experiencia que provienen de todos los rincones del país. La misma realidad de la que todos los mexicanos somos testigos, cuando no víctimas.

Y sin embargo, la candidata de Morena optó por la negativa. Para Sheinbaum los millones de pobres y las decenas de miles de víctimas de la violencia, no le motivan reconocimiento, mucho menos dolor.

La “Dama de Hielo” mostró de nuevo su ya icónica insensibilidad ante la tragedia humana, como ocurrió con las víctimas mortales en el Colegio Rébsamen y en la línea 12 del Metro; o cuando mandó derribar la capilla de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en la CDMX.

Chiapas cumple este año 200 años de Anexión a México. Que sea el estado más pobre y de los más violentos de la república, debería considerarse una tragedia digna cuando menos de reconocimiento, como básicamente pide el Episcopado mexicano.

Y cuando todos deberíamos estar unidos para luchar contra la pobreza y el abandono que injustamente padece, todavía hay quien se niega a reconocer el drama que viven casi 4 millones de chiapanecos todos los días, como lo hizo la candidata de Morena.

Y aquí surge la pregunta, que en lo más íntimo de su conciencia, a cada chiapaneco le correspondería resolver: ¿Para cuándo la Paz en Chiapas?