Si mi abuela Adela no hubiera hecho tanto la caridad,hubiera yo estudiado un doctorado en economía en Inglaterra. Quebueno que hizo la caridad, aunque no me haya ido a estudiar aInglaterra. Ella fue muy generosa, en su negocio, diario lesrepartía un peso Morelos, de los años sesenta, a varias docenasde mendigos en Tapachula. Y a mucha gente más. Ella murió en unvómito de sangre, no se alimentaba bien. Y eso que no era deTapachula, era de Coita.
En Tapachula las hermanas Halifax le llegaron a pedirdinero a mi abuela para mantener a un sobrino. Mi abuela dijo,"vengan cada mes por un sobre con dinero. Nada más no digan quesoy yo la que lo está dando, sino el gobernador Samuel LeónBrindis". El gobernador nunca supo de está caridad que se hizo asu nombre. Qué tal. Esa mujer bondadosa está en el cielo. Cuandosu sobrino, el tío Adolfo Sarmiento Castillo, se enfermó decirrosis a los cuarenta años, mi abuela dijo, "tráiganlo, quemuera en mi cama". Y así fue.
Cuando mi madre se casó, en el Country Club deTapachula. Su mamá mi abuela Adela mandó a los presos buena partede ese banquete. No dio las sobras. ¡Válgame Dios! Y así siemprelo hacía en sus fiestas de cumpleaños y otras festividades.Siempre pensó en los presos de Tapachula.
Cuando mi abuela Adela murió todo Tapachula sevolcó en ella y la acompañó en su cortejo fúnebre. Fue eldesfile más largo que ha habido en Tapachula. Desde los carrosmás elegantes hasta un contingente de mendigos. Carros y carros ycuadras y cuadras de gente del pueblo en un desfile interminable.Hasta los perros la acompañaron al panteón. Mi abuela teníacincuenta y dos años al morir y parecía una anciana. Todo se lodio a los demás. Al recordar a mí abuela Adela me puse a llorar.Esa mujer, que fue mi abuela, hizo el bien hasta que murió.
Genealogía de abolengo.
La prima hermana de mi abuela Esther Lara Fuike fuedoña Elvira Castellanos Lara. Hijas de dos hermanos. Don GustavoLara de la Vega -papá de mi abuela- era hermano de doña JesúsLara de la Vega -mamá de doña Elvira. Bisnietas de don JoséDiego Lara primer gobernador constitucional de Chiapas. Tías deRosario Castellanos, Absalón Castellanos y Jorge de la VegaDomínguez. Amén de La Tigresa.
Doña Elvira casó con un militar, José TirsoCastañón y tuvieron tres hijos: el Dr. Alfredo, Ramiro y Armando"El Gordo Castañón". Ramiro casó con Consuelo Ríos ZertucheBrambila, hija del general revolucionario Antonio Ríos Zertuche ytuvieron dos hijas Paulina y Eugenia que casaron con Alfredo yGerardo, hijos del expresidente Gustavo Díaz Ordaz. En segundasnupcias Paulina casó con Raúl Salinas de Gortari.
Mi padre fue el doctor Romeo Becerra Lara. “Un díadirán –me dijo alguna vez mi padre- que fuiste hijo de un oscuromédico de provincia” –yo tenía trece años. Ahora que voy acumplir sesenta veo que mi papá fue un hombre sabio, muy luminosoy que sigue brillando hasta la fecha. Un ser de luz.
Mi padre tenía dos primos hermanos el Dr. ExalHayashi Becerra y el Dr. Simón Hayashi Becerra, dos grandeshombres que hicieron el bien toda la vida. Ellos juntos con mipadre o no cobraban las consultas o pedían muy poco. Era hastasimbólico el pago. Eran otros valores.
El tío de mi padre fue don Gamaliel Becerra Ochoa,un gran hombre. Fue varias veces alto funcionario. Siempre ayudóal pueblo. Cuando los jóvenes salían de Tapachula para venir aestudiar a la ciudad de México, iban a ver al tío Gama y él–en los años cincuenta-, quién era el presidente municipal deTapachula, les daba quinientos pesos y en una caja de cartón lesponía queso, crema, tasajo, totopos, camarón seco… y se lasdaba a los muchachos para el camino y que con eso por lo menos seinstalaran con dignidad.
POR ESO EN EL MARCO DE LA ENTREGA DEL PAKAL 2018entregaré la MEDALLA GAMALIEL BECERRA OCHOA. Este gran hombre queya es un mito y una leyenda en Tapachula. Cuando fue presidente deTapachula no le mandaba al gobernador Grajales los impuestos, losdejó e invirtió en Tapachula, creando jardines, mercados, calles,escuela, el Panteón Jardín y un largo etcétera. Gamaliel fue mitío.
