Cada año, el 30 de abril, se celebra en muchos países el Día del Niño, una jornada dedicada a honrar la infancia y destacar la importancia de proteger los derechos de los más jóvenes de la sociedad. Sin embargo, ¿cuál es el origen de esta festividad que llena de alegría a millones de niños en todo el mundo?
El Día del Niño tiene sus raíces en la lucha por los derechos de los niños y en el reconocimiento de su importancia en la sociedad. Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando diversas organizaciones y figuras destacadas comenzaron a promover la necesidad de proteger a los niños y garantizarles una infancia segura y feliz.
En 1925, durante la Conferencia Mundial para el Bienestar del Niño en Ginebra, Suiza, se propuso por primera vez la idea de establecer un día dedicado a los niños. La propuesta fue respaldada por diferentes países, y en 1954 la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó a todos los países que instituyeran un "Día Universal del Niño".
La fecha del 30 de abril fue elegida para conmemorar esta festividad en honor al niño mexicano Jesús G. Rodríguez, quien, durante la Guerra Civil Española, ofreció su vida para salvar a su padre. En México, el Día del Niño se celebra desde entonces con actividades especiales en las escuelas, regalos y eventos comunitarios.
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Sin embargo, es importante destacar que el Día del Niño se celebra en diferentes fechas en todo el mundo. Por ejemplo, en muchos países de América Latina, así como en España, se celebra el 20 de noviembre, coincidiendo con la fecha en que se adoptó la Declaración de los Derechos del Niño por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1959.
Independientemente de la fecha en que se celebre, el Día del Niño es una ocasión para reflexionar sobre la importancia de garantizar un entorno seguro y propicio para el desarrollo de todos los niños. Es un recordatorio de que todos los niños tienen derecho a una infancia feliz, llena de amor, educación y oportunidades para crecer y alcanzar su máximo potencial.
