“Vimos que venían sobre nosotros y sin saber por qué comenzaron a dispararnos. Mi esposo fue asesinado en el lugar sólo porque nos confundieron. Dijeron que estábamos generando un conflicto, pero no es cierto, veníamos de trabajar”.
María Elvira López Rodríguez y sus cinco hijos, menores de edad, fueron testigos de cómo agentes de la Policía Municipal y civiles le arrebataron la vida a su esposo, Ezequiel Arcos López, de 36 años de edad, cuando viajaban en el vehículo que diariamente utilizaban para trasladarse de la comunidad “La Aurora” hacia la cabecera municipal de Yajalón, donde atendían una carnicería en el primer cuadro.
El fin de semana pasado, diferentes medios de comunicación informaron sobre un enfrentamiento entre indígenas choles y elementos municipales de Yajalón, de donde se registraron cuatro muertos y un grupo de personas heridas, entre ellos efectivos policiales.
CONFLICTOS E INSEGURIDAD
En entrevista para “El Heraldo de Chiapas”, María Elvira declaró que el ambiente social de aquella demarcación es de inseguridad y conflicto, creado no por las comunidades, sino por la falta de atención de los delegados a problemas que los pobladores desconocen.
Lo único que sabe es que el móvil del conflicto fue un asalto, el cual desató un dilema por justicia entre algunos habitantes de “La Aurora” y las autoridades municipales; sin embargo, consideró que no había motivo para utilizar armas de fuego.
Hoy, María Elvira, de 33 años de edad, se quedó con cinco hijos: de 15, 13, nueve, tres y un año: “No sé qué voy a hacer, me quitaron a mi esposo y quemaron la camioneta con la que trabajábamos, ahora no sé cómo le voy a hacer”, lamentó.
En el lugar, también perdió la vida su sobrino Issac Arcos Guzmán, de 28 años, quien dejó a una pareja y tres hijos infantes; mientras que Pablo Arcos López, de 30 y hermano de Ezequiel, resultó herido, hoy está internado de gravedad en un hospital en San Cristóbal de Las Casas.
Ante esto, María Elvira hizo un llamado al gobierno federal y al gobierno del estado, para que se castigue con todo el peso de la Ley a los funcionarios responsables del atentado donde fueron atacados no sólo su cónyuge, cuñado y sobrino, sino también ella y sus cinco menores.
Asimismo, exigió una indemnización, toda vez que en la embestida, fue incendiada la furgoneta que utilizaban para trasladarse al local en el que trabajaban en Yajalón.