San Cristóbal de Las Casas.- El obispo de laDiócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel, señalóque “se ha traducido la constitución del país en varios idiomasindígenas; en la nueva Constitución de Chiapas, que no la tengo,pero lo he solicitado, me dicen que se toman más en cuenta a laspoblaciones, y ojalá que los programas económicos los tuvieranmás en cuenta; sin embargo, el dinero nunca alcanza, alcanza paramuchas propagandas políticas pero no para ayudar a las comunidadesmás pobres y necesitadas”.
Lo anterior, después de algunos logros obtenidos amás de un año de la visita del papa Francisco a México, Chiapasy San Cristóbal, quien durante la liturgia pidió perdón a losindígenas y les hizo saber lo importante que son; asimismo, sereunió con autoridades, ya que no vino por placer, sino por losproblemas que los obispos mexicanos le dieron a conocer durante laVisita Ad limina, en mayo de 2015.
En conferencia de prensa, después de la misa demediodía en la catedral de San Cristóbal, el prelado espera queel recuerdo de la visita del su santidad, ayude a poner los ojos yel corazón en las gentes más necesitadas.
“Ellos sintieron que les alentó mucho, porquesentir el desprecio todavía y que el sumo pontífice diga ustedesson importantes, sus sabidurías valen mucho, sus culturas sonimportantes en la iglesia, en la sociedad, eso alegró mucho sucorazón, no tanto que el papa trajera mil, 2 mil pesos para cadaquien, no, les trajo lo más importante que ellos necesitaban,decir ustedes valen, ustedes son importantes, no pierdan todo loque son”, aseguró.
Enfatizó que el hecho de que el papa haya venido avisitarlos y les remarcara la importancia que merecen, alentó alos indígenas en su corazón, más que cosas materiales.
Tras reflexionar acerca de “¿qué nos dejó lavisita del papa Francisco?”, detalló Arizmendi Esquivel quequiso visitar los lugares con mayores conflictos, como Ecatepec,que es una zona periférica formada por inmigrantes de todo elpaís; Michoacán, afectado por el narcotráfico; Ciudad Juárez,por el grave fenómeno de la migración hacia los Estados Unidos; yChiapas, por la marginación de los pueblos originarios y por laproblemática de las familias.
“No podía dejar de reunirse con los políticos,pero también con los niños con cáncer, con los ancianos yenfermos, con los jóvenes y los presos. Sobre todo, quiso estar unbuen tiempo a solas con la imagen de la Virgen de Guadalupe, en unsilencio profundo de oración”, aclaró.
Como religiosos, puntualizó, les enseñó que nodeben esperar en los templos a que la gente se acerque, sinoacercar a quienes necesitan el amor de Dios, para llevarles lapalabra de Dios, la luz del Evangelio, además no deben quedarseencerrados en las sacristías y oficinas, sino ser una Iglesia ensalida, misionera, abierta y cercana a quienes están en lasperiferias, no sólo geográficas, sino existenciales yhumanas.
“Nos invitó a tomar en cuenta las culturasoriginarias y no despreciarlas. Empezó su homilía diciendo unaspalabras en tsotsil: Li smantal Kajvaltike toj lek: La ley delSeñor es perfecta del todo. Con las mismas, concluyó. Si susantidad se esforzó por decir al menos unas palabras en un idiomaindígena, deberíamos valorar más estos idiomas, que no son merosdialectos, sino verdaderos idiomas, con todo su derecho a existir ya ser tomados en cuenta”, abundó.
En la misa de San Cristóbal, recordó que el 15 defebrero de 2016, el papa Francisco, exhortó a los jóvenes a noperder “la sabiduría de sus ancianos” e invitó a cuidar lahermana madre tierra, que ha sido tan destruida por intereseseconómicos.
“Dijo: El desafío ambiental que vivimos, y susraíces humanas, nos impactan a todos y nos interpelan. Ya nopodemos hacernos los sordos frente a una de las mayores crisisambientales de la historia”, citó.
“Como centro de todo, nos presentó a Jesucristo,el verdadero Sol que ilumina a los pueblos, para que, en él, todostengamos vida plena. Como siempre, el centro no es el papa, sinoJesucristo. Ojalá que sigamos meditando sus mensajes, para que noqueden en el olvido”, concluyó.
