POR: CARLOS MEJIA Frontera México-Guatemala.- Ladesesperación y el cansancio hacen mella entre las familias de lacaravana hondureña que aún permanece en las inmediaciones delPuente Internacional “Rodolfo Robles”. Los más jóvenes,expresan esa angustia tomando medidas extremas como arrojarse deuna altura de más de 7 metros para caer a las aguas del ríoSuchiate y nadar hasta la margen izquierda. Frente a la mirada deautoridades mexicanas, Cruz Roja, Protección Civil, así comoorganismos internacionales, jóvenes hondureños caminanpeligrosamente sobre las orillas del puente. Los más decididossuperan su miedo para finalmente llegar nadando a lado mexicano. Lalogística del Instituto Nacional de Migración consiste en otorgarhasta 20 fichas para poder realizar el registro de migrantes, quese lleva a cabo en las ventanillas del Puerto Internacional. Eloperativo es tedioso, desesperante para quienes hoy cumplieron unasemana de caminar bajo el sol y la lluvia que no ha cedido en losúltimos días. En los 600 metros del río Suchiate todavíapermanecen varados unos mil hondureños, que por ratos sacudenenfurecidos el portón de gruesos tubulares grises, pero alinterior del poblado de Ayutla, en el parque central, ladesesperanza hace presa de otros 2 mil hondureños que vagan con lamirada perdida o se sientan en las banquetas mientras entierran lavista al suelo. Del lado mexicano, el Suchiate, siguen llegandomigrantes al Centro Social “Francisco I Madero”, y parquecrntral, lugar donde se encuetra el primer albergue temporal que esoperado bajo los protocolos del Sistema Estatal de ProtecciónCivil. Ahí se encuentran unos 3 mil extranjeros de diferentesnacionalidades, muchos de los cuales han aprovechado la coyunturapara recibir ayudas. 37 kilómetros adelante, en Tapachula, elInstituto Nacional Migratoria atiende a unos 340 migrantes más enla Estación Siglo XXI en donde tras pernoctar una primera noche,iniciaron los trámites para su solicitud de refugiado enterritorio mexicano, solicitud que se les otorgaría si sedemuestra que efectivamente las condiciones de su país ponen enriesgo su libertad, seguridad y vida.
POR: CARLOS MEJIA Frontera México-Guatemala.- Ladesesperación y el cansancio hacen mella entre las familias de lacaravana hondureña que aún permanece en las inmediaciones delPuente Internacional “Rodolfo Robles”. Los más jóvenes,expresan esa angustia tomando medidas extremas como arrojarse deuna altura de más de 7 metros para caer a las aguas del ríoSuchiate y nadar hasta la margen izquierda. Frente a la mirada deautoridades mexicanas, Cruz Roja, Protección Civil, así comoorganismos internacionales, jóvenes hondureños caminanpeligrosamente sobre las orillas del puente. Los más decididossuperan su miedo para finalmente llegar nadando a lado mexicano. Lalogística del Instituto Nacional de Migración consiste en otorgarhasta 20 fichas para poder realizar el registro de migrantes, quese lleva a cabo en las ventanillas del Puerto Internacional. Eloperativo es tedioso, desesperante para quienes hoy cumplieron unasemana de caminar bajo el sol y la lluvia que no ha cedido en losúltimos días. En los 600 metros del río Suchiate todavíapermanecen varados unos mil hondureños, que por ratos sacudenenfurecidos el portón de gruesos tubulares grises, pero alinterior del poblado de Ayutla, en el parque central, ladesesperanza hace presa de otros 2 mil hondureños que vagan con lamirada perdida o se sientan en las banquetas mientras entierran lavista al suelo. Del lado mexicano, el Suchiate, siguen llegandomigrantes al Centro Social “Francisco I Madero”, y parquecrntral, lugar donde se encuetra el primer albergue temporal que esoperado bajo los protocolos del Sistema Estatal de ProtecciónCivil. Ahí se encuentran unos 3 mil extranjeros de diferentesnacionalidades, muchos de los cuales han aprovechado la coyunturapara recibir ayudas. 37 kilómetros adelante, en Tapachula, elInstituto Nacional Migratoria atiende a unos 340 migrantes más enla Estación Siglo XXI en donde tras pernoctar una primera noche,iniciaron los trámites para su solicitud de refugiado enterritorio mexicano, solicitud que se les otorgaría si sedemuestra que efectivamente las condiciones de su país ponen enriesgo su libertad, seguridad y vida.