/ miércoles 14 de abril de 2021

Carrerreando la chuleta | Ya es hora de cumplir


Arrancaron las campañas políticas y para nuestra desgracia no hay nada nuevo. Pareciera que los candidatos tomaron un curso intensivo de “cómo prometer las mismas cosas para luego no cumplirlas”. En todos los niveles es lo mismo, federal, estatal, incluso los pretensos que buscarán la municipal, prometen la misma cantaleta desde hace muchísimos años.

Cierto es que tenemos los mismos problemas desde hace… ya ni siquiera me acuerdo desde cuándo, y para acabarla, todos los rincones de este país sufren prácticamente de lo mismo. A doña Petra, que vende arroz en leche en la bajada del mercado y que ya le pesan sus 80 años, le han prometido lo mismo que a un servidor, que estoy a la mitad de ese camino, y que justo es lo mismo que hoy le empiezan a prometer a quienes realizarán por primera vez su voto, jóvenes entre los 18 y los 20 años, quienes empezaron ya a ser bombardeados con temas como la inseguridad, la luz, el agua, que bajen los precios de la canasta básica.

La pregunta es ¿por qué les seguimos creyendo? Porque si bien hay quienes le echan un poquito de cabeza, otros en el colmo del cinismo, hacen exactamente las mismas promesas, sobre los mismos problemas, y por supuesto hay los que dicen tener la solución, aunque ya la hayan dado antes y nunca la ejecutaron. Como reza el dicho: “prometer no empobrece”.

Pero visto que ellos no cambian, la buena noticia es que al parecer, como sociedad estamos comenzando a cambiar. Anteriormente nadie los cuestionaba, ahora ya hay quienes sí se acuerdan, y lo más importante: le recuerdan a los políticos sus falsedades. Se hacen ya más comparativas, estadísticas; la información está a la mano.

Y si eres de los que no lo han hecho, tengas veinte u ochenta años ¡hay que hacerlo!, informarse, documentarse, ver hacia atrás para darse cuenta si están diciendo las mismas cosas, si en su tiempo cumplieron o no. Si prometieron una calle o un puente, si lo construyeron o no, cuánto costó, si estuvo a sobreprecio, si se hizo en tiempo. Si se trata de los legisladores, cuáles serían sus proyectos de Ley, por qué; si ya fue legislador, qué hizo, cuántas iniciativas propuso, cuántas llegaron a buen fin, cuáles fueron sus intereses, cómo votaron en los temas más ríspidos, y lo más importante en todos los casos: desde el primer día exigirles que cumplan su palabra. Ya no bastan los discursos fabulosos, fantasiosos o incendiarios, esos ya los conocemos, los hemos escuchado desde hace 80 años.

En estos tiempos cualquier teléfono celular sirve, cualquier plataforma de redes sociales como Facebook o Twitter, todo puede ser útil para documentar lo que están prometiendo los políticos y obligarlos a que lo cumplan, o bien, para señalarles que eso ya lo habían prometido y nunca cumplieron, porque ya no nos podemos dar el lujo, ni como sociedad, ni como país, que se sigan haciendo como el tío Lolo, “mensos solos”. Ya lo dijo el famoso Brujo del Tubo: una vez, es gracia; dos, desgracia; la tercera ya es otra cosa... Cómo siempre estoy muy atento y deseoso de leer sus comentarios y mentadas:
Correo: ronay.mx@gmail.com


Arrancaron las campañas políticas y para nuestra desgracia no hay nada nuevo. Pareciera que los candidatos tomaron un curso intensivo de “cómo prometer las mismas cosas para luego no cumplirlas”. En todos los niveles es lo mismo, federal, estatal, incluso los pretensos que buscarán la municipal, prometen la misma cantaleta desde hace muchísimos años.

Cierto es que tenemos los mismos problemas desde hace… ya ni siquiera me acuerdo desde cuándo, y para acabarla, todos los rincones de este país sufren prácticamente de lo mismo. A doña Petra, que vende arroz en leche en la bajada del mercado y que ya le pesan sus 80 años, le han prometido lo mismo que a un servidor, que estoy a la mitad de ese camino, y que justo es lo mismo que hoy le empiezan a prometer a quienes realizarán por primera vez su voto, jóvenes entre los 18 y los 20 años, quienes empezaron ya a ser bombardeados con temas como la inseguridad, la luz, el agua, que bajen los precios de la canasta básica.

La pregunta es ¿por qué les seguimos creyendo? Porque si bien hay quienes le echan un poquito de cabeza, otros en el colmo del cinismo, hacen exactamente las mismas promesas, sobre los mismos problemas, y por supuesto hay los que dicen tener la solución, aunque ya la hayan dado antes y nunca la ejecutaron. Como reza el dicho: “prometer no empobrece”.

Pero visto que ellos no cambian, la buena noticia es que al parecer, como sociedad estamos comenzando a cambiar. Anteriormente nadie los cuestionaba, ahora ya hay quienes sí se acuerdan, y lo más importante: le recuerdan a los políticos sus falsedades. Se hacen ya más comparativas, estadísticas; la información está a la mano.

Y si eres de los que no lo han hecho, tengas veinte u ochenta años ¡hay que hacerlo!, informarse, documentarse, ver hacia atrás para darse cuenta si están diciendo las mismas cosas, si en su tiempo cumplieron o no. Si prometieron una calle o un puente, si lo construyeron o no, cuánto costó, si estuvo a sobreprecio, si se hizo en tiempo. Si se trata de los legisladores, cuáles serían sus proyectos de Ley, por qué; si ya fue legislador, qué hizo, cuántas iniciativas propuso, cuántas llegaron a buen fin, cuáles fueron sus intereses, cómo votaron en los temas más ríspidos, y lo más importante en todos los casos: desde el primer día exigirles que cumplan su palabra. Ya no bastan los discursos fabulosos, fantasiosos o incendiarios, esos ya los conocemos, los hemos escuchado desde hace 80 años.

En estos tiempos cualquier teléfono celular sirve, cualquier plataforma de redes sociales como Facebook o Twitter, todo puede ser útil para documentar lo que están prometiendo los políticos y obligarlos a que lo cumplan, o bien, para señalarles que eso ya lo habían prometido y nunca cumplieron, porque ya no nos podemos dar el lujo, ni como sociedad, ni como país, que se sigan haciendo como el tío Lolo, “mensos solos”. Ya lo dijo el famoso Brujo del Tubo: una vez, es gracia; dos, desgracia; la tercera ya es otra cosa... Cómo siempre estoy muy atento y deseoso de leer sus comentarios y mentadas:
Correo: ronay.mx@gmail.com

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