Aficionados a la tauromaquia celebraron el 74 aniversario de la Plaza México con un atractivo cartel que protagonizaron Enrique Ponce, Joselito Adame y José Mauricio, toreros de fama internacional que rindieron un gran homenaje al coso de Insurgentes.
Es importante conocer más sobre este gigante de concreto donde cada semana, durante la temporada de toros, miles de aficionados a la fiesta brava llegamos religiosamente. Arriban 43 mil personas a este sitio taurino que abrió sus puertas hace 74 años, el 5 de febrero de 1946, cuando alternaron en su inauguración Luis Castro El Soldado, Manuel Rodríguez Manolete y Luis Procuna, lidiando un encierro de la ganadería de San Mateo como bien apuntó Gustavo Domínguez.
Arriba 43,000 personas en un solo sitio taurino, que abrió sus puertas hace 74 años, el 5 de febrero de 1946, cuando alternaron en su inauguración Luis Castro El Soldado, Manuel Rodríguez Manolete y Luis Procuna, lidiando un encierro de la ganadería de San Mateo como bien apuntó Gustavo Domínguez.
Como una premonición, la plaza más grande del mundo fue construida en la que se convertiría en la ciudad más grande del mundo. Durante la década de los 30, la ciudad de México comenzó a crecer en respuesta al aumento de su población. En esa época la fiesta de los toros estaba en su apogeo, motivo por el cual las autoridades citadinas decidieron construir un coso con capacidad para recibir a la numerosa afición de la capital del país que, corrida a corrida llenaba las plazas locales y que ya eran insuficientes para contenerlos. Así se decidió continuar el proyecto de un empresario mexicano Naguib Simón, quien había pensado que la que fuera zona canteras de la colonia Nápoles, era el sitio ideal donde erigir la Ciudad de los Deportes, plan que contemplaba la construcción de un estadio de futbol, una plaza de toros, un frontón y una piscina techada.
Sin embargo, por imprevisiones o simple mala suerte, el empresario se quedó sin dinero y dejó inconcluso su sueño después de la construcción del estadio, iniciar la plaza de toros y poner los cimientos de lo que sería el frontón; lo que hizo que el gobierno capitalino tomara el proyecto en sus manos y lo continuara para finalmente darle a la ciudad de México el estadio de la Ciudad de los Deportes y la Plaza de Toros México. El coso que finalmente tendría capacidad para 43 mil espectadores, se construyó en 14 meses, habiendo comenzado el 1° de diciembre de 1944 con tres turnos de trabajo cubiertos por 12 mil obreros. Al final, el ruedo, de 44 metros de diámetro, quedó situado a 20 metros abajo del nivel de la calle, en tanto que los toriles, los patios de cuadrillas y caballos y los demás servicios, quedaron situados tres metros más arriba.
ASÍ LLEGÓ EL DIA DE INAUGURACIÓN LA PLAZA QUE SE LLENÓ DE BOTE EN BOTE
Desde varias horas antes de su apertura, aunque la corrida comenzó quince minutos tarde debido a que El Soldado tuvo que caminar hasta llegar al lugar porque las calles aledañas estaban completamente bloqueadas por los autos y los miles de espectadores deseosos de testificar el magno acontecimiento. Los boletos se cotizaron a 6 pesos en sombra general y 3.50 en sol, mientras que una barrera de primera fila en sombra valía 50 pesos y en sol, 35, el dólar estaba a 4.50 pesos.
EL PRIMER TORO QUE SE CORRIÓ FUE JARDINERO QUE CORRESPONDIÓ A LUIS CASTRO
El Soldado; el primer capotazo lo dio el subalterno Román Rodríguez El Chato y el primer puyazo fue dado por el picador José Noriega El Cubano, el primer tumbo lo sufrió Berrinches II, el primer puyazo en el tercero de la tarde y la primera puntilla la dio Atanasio Velázquez Talín. La primera oreja que se cortó en la plaza fue la de Fresnillo, el segundo de la tarde que fue lidiado por el Monstruo de Córdoba, Manolete quién también cargó con la primera bronca de la México, cuando su segundo toro, Peregrino, fue devuelto a los corrales sin justificación, lo que causó el enojo del respetable, enojo que el de Córdoba aplacó con la faena que le hizo al sustituto, jugándose la vida en cada lance, haciendo que por primera vez se oyeran los coros de “torero, torero” en la historia de la plaza. La plaza que quita y da…
