De acuerdo con la Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias en Chiapas (REDIAS), alrededor de 31 mil 710 infancias y juventudes de la Sierra de Chiapas, han sido violentados con sus derechos humanos a causa de la violencia que han generado dos grupos del crimen organizado durante el periodo de 2023, afirmó Violeta Galicia Luna coordinadora operativa de la organización civil.
Esta cifra se desprende de la jornada violenta que vivieron anteriormente los menores de edad en los municipios de la Sierra y donde se contabilizaron al menos 19 mil 200 niñas, niños y adolescentes afectados, además de 2 mil 883 en la zona de Maravilla Tenejapa en el mes de noviembre del año pasado, donde al menos 13 comunidades se vieron en la necesidad de huir hacia las montañas por los enfrentamientos y ejecuciones.
En tanto que los otros 9 mil 098 infancias y adolescencias son de las comunidades de Lacanjá Chansayab, Nueva Palestina, Santo Domingo y San Javier municipio de Ocosingo, donde la violencia continúa imperante en dichos territorios, pues es considerado uno de los puntos de trasiego en la frontera sur de México.
En tanto que los otros 9 mil 098 infancias y adolescencias son de las comunidades de Lacanjá Chansayab, Nueva Palestina, Santo Domingo y San Javier municipio de Ocosingo, donde la violencia continúa imperante en dichos territorios, pues es considerado uno de los puntos de trasiego en la frontera sur de México.
“Las comunidades han estado denunciado el incremento de la violencia organizadas y también distintas situaciones como tala clandestina, cobro de piso y también toda esta violencia que ha llevado a que las infancias vivan muchas violencias, ahí contabilizando la población de esas comunidades únicamente”, detalló.
Entrevistada en San Cristóbal de Las Casas, la activista dijo que el primer derecho violentado a las infancias y adolescencias es a la vida, por las condiciones que ha llevado a casos de muertes por balas perdidas o incidencias relacionadas con las armas de fuego, por la violencia criminal en sus comunidades, así como el acceso a la alimentación, a la salud y educación, así como el acceso a una vida libre de violencia.
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“También vemos afectado el derecho a la vida en familia, cuando se trata de situaciones de desplazamiento, en las cuales las niñas, niños y adolescentes se tiene que separar de sus familias (…) A veces se les deja con familiares, con conocidos y no son las condiciones ideales para ellos, por todas las circunstancias de miedo y terror que generan los grupos criminales”, enfatizó.
Otros de los riesgos que también corre este sector de la población por las condiciones que se están viviendo en la Sierra de Chiapas, es el reclutamiento forzado sobre todo para el caso de los hombres, debido a que son considerados como población vulnerable ante la lucha por el territorio que llevan a cabo los grupos criminales y que además utilizan a la población como carne de cañón.
Finalmente lamentó que hasta ahora las autoridades federales y estatales no reconozcan el asedio que viven a diario estas comunidades, debido a que cada vez más se incrementa el número de familias que huyen de la violencia generada por el crimen organizado, pero sobre todo la escases de alimentos que ha comenzado a agudizarse.
