Para elaborar el tamal de cuchunú se busca la flor, se va a cortar a los arboles, preferentemente, aunque se compra en el mercado a 10 pesos la medida, una tacita chica, se selecciona pura flor, se retiran los trocitos de madera, se lava muy bien hasta quitarle el polvo y todas las particulas que pudiera presentar la flor, en seguida se hierbe, una hora en el fuego.
Posteriormente se retira del fuego, se lava otra vez, se agrega a la flor hervida pepita de calabaza molida, cabeza de camarón, tomate, se mezcla molido, mientras se enfría se prepara la maza, a la que se le agrega la flor de cuchunú y todos los ingredientes, se envuelve en hoja de milpa, o con totomoste, para llevarlo al fuego por un tiempo de dos horas, así lo explica Flor de María Hernández García.
Ella es originaria de Emiliano Zapata municipio de Tuxtla Gutiérrez, lleva 45 años elaborando el tamal de cuchunú, es su especialidad, aunque también los tamales de hierba santa, toro pinto, de mole, de bola, cambray, de verduras, tamal colado de mole, picte de elote, tamal agrio de hoja de milos y de chipilin.
Lo que más disfruta es el tamal de cuchunú por la época de la flor, de enero a marzo, es el tiempo en el que hay que elaborar el tamal, es una flor de coros rosada, en se encuentra en los corrales, en las colonias Copoya y el Jobo en Tuxtla Gutiérrez, pero también en otros lugares como Berriozábal, Ocozocoautla, San Fernando, Chicoasén todos los municipios zoques de la entidad.
La flor de cuchunú no es tóxica, es un poquito agria, pero en el primer hervor se elimina ese sabor, sale el agua de color negra al lavarlo, en el fuego suelta el jugo, debe lavarse siempre en colador, de metal preferentemente, dice, aunque hay quienes lo lavan en colador de plástico, por ello, hace tamales para entregar, en la capital del estado.
Aprendió a hacer el tamal de cuchunú sola, se hizo maestra sola, ahora tiene 68 años, desde que hizo vida matrimonial a los 21 años tenía que innovar en la cocina, así conoció la flor del cuchunú, creyó que se podría utilizar como alimento, y decidió hacer empanadas, taquitos, chiles en rellenos, sopa de arroz, tortaditas de carne parecido a la carne molida, con huevo y llegó el momento de inventar el tamal.
Hernández García cuenta que el tamal de cuchunú es relativamente nuevo entre la diversidad de tamales, unos diez años, es un alimento zoque, la flor se desarrolla en los territorios zoques preferentemente, se consume en muchos hogares, hay mujeres jóvenes que lo han ido aprendido a elaborar el tamal de cuchunú, aunque reconoce que ninguna de sus dos hijas lo elaboran, su mamá lo elaboraba hace aproximadamente 50 años en la colonia el ISSSTE en Tuxtla Gutiérrez.
En el Festival del Cuchunú reúne a mujeres que se dedican a preparar alimentos a base de esta flor, que no tiene ningún olor, y que en los corrales se ve un hermoso colorido de este vegetal que crece muy alto, unos 10 metros o más.