El manejo de la cuenca hidrográfica es la vía idónea para manejar de manera sustentable los recursos naturales, mitigar y reducir la vulnerabilidad de los desastres, principalmente hidrometeorológicos, es la unidad de planificación idónea para atender la problemática actual, afirmó el director de coordinación y vinculación del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) en Chiapas, Walter López Báez.
El reto es generar desarrollo sin comprometer a las futuras generaciones en materia económica, ambiental y social a partir de la cuenca que usa límites naturales, es un sistema drenado por sistema de fluentes y tiene una dinámica definida por interacciones sistémicas, enfatizó.
Durante la conferencia magistral: “Manejo Integral de Cuencas”, en el marco de un aniversario más de la institución de investigación científica, sostuvo que el crecimiento poblacional que demanda satisfactores, principalmente alimentos, agua, oxigeno, vestido, entre otros, generado problemas de gran envergadura como la pérdida de biodiversidad, degradación de suelos, crisis del agua y el calentamiento global.
Sostiene que esta problemática está poniendo en riesgo la seguridad de la población, estamos entrampados en un futuro incierto y tenemos que cambiar de manera urgente como sociedad la forma de apropiarse y manejar los bienes y recursos en un territorio, tiene que ser en forma integral, sistémico y a largo plazo; los problemas son generados por una visión de planeación a corto plazo.
Ante científicos, López Báez añadió que no se puede atender con una visión reduccionista, es decir la cuenca va a funcionar en la medida en que se atiendan los elementos al interior, como áreas de población, ganadería, agricultura y Áreas Naturales Protegidas, para que el ciclo hidrológico se comporte de manera natural.
Si interferimos algunos de los componentes, se va a alterar su funcionamiento, un elemento importante de la cuenca es que es flexible, al interior se puede dividir en subcuencas, microcuencas y nano cuencas, no existe un punto sobre la tierra que no pertenezca a una cuenca, donde quiera que estemos interviniendo vamos a estar en una cuenca.
Donde quiera que hay un río, permanente o no habrá una cuenca, pero además, la tierra ya está dividida en una cuencas, los bosques en la parte alta amortiguan la lluvia, provocan infiltración y es lo que alimenta al río en la época de seca o estiaje, mientras que el escurrimiento superficial es regulado por la vegetación sobre la superficie terrestre, mientras que la deforestación genera descontrol de los escurrimientos e inundaciones en las partes bajas de las cuencas.
El desbordamiento de más de 80 ríos con el huracán stán del 2005 fue un ejemplo del mal manejo de las cuencas, en la parte alta de la Sierra Madre drenan 22 ríos al mar y la parte planta es recurrente en afectaciones, lo que hace urgente regular los escurrimientos con proyectos estratégicos territoriales, explicó el experto.
Puntualizó que el manejo integral de cuencas requiere de una visión de un mosaico multifuncional interconectado que contemple el establecimiento de un área de conservación, la agricultura y ganadería sustentable, el manejo adecuado del recurso hídrico, el desarrollo del capital humano y social, el desarrollo industrial con capacidad hídrica y tratamiento del agua y otras acciones dependiendo de la cuenca, para generar un territorio competitivo.