Motozintla.- En medio de bloqueos y un clima de violencia en la región fronteriza de Chiapas, los juzgados del Poder Judicial y los ciudadanos de Motozintla, Frontera Comalapa, Mazapa de Madero y otros municipios, han visto paralizadas sus actividades. Los ciudadanos están expresando su descontento contra las autoridades y hacen un llamado al gobernador Rutilio Escandón Cadenas y al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para que pongan fin a los bloqueos y secuestros que afectan a miles de personas.
Abogados y ciudadanos que necesitan acudir a las diligencias judiciales se enfrentan a la falta de transporte, la ausencia de seguridad y la falta de garantías para el personal del sistema judicial. Las carreteras de la región han sido escenario de violencia y bloqueos, lo que dificulta la movilidad y el acceso a los juzgados, impidiendo que las causas judiciales continúen su curso.
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Además, los residentes de estos municipios que requieren acudir a Tapachula para consultas médicas se ven obstaculizados por la falta de transporte público y los elevados costos de viaje, que superan los 300 pesos por persona. La preocupación por la seguridad en las carreteras también disuade a muchas personas de viajar.
Los campesinos de la región se enfrentan a pérdidas económicas significativas ya que no pueden vender sus cosechas debido a los bloqueos y la falta de movilidad. En respuesta a esta situación, se están organizando protestas contra el gobierno estatal y federal, exigiendo el restablecimiento del Estado de Derecho y la seguridad en las carreteras.
Los manifestantes instan a los gobiernos a cumplir con su deber de proteger a los ciudadanos chiapanecos y poner fin a los atropellos perpetrados por un grupo de individuos que buscan tomar el poder en Motozintla y la región. La violencia y los bloqueos han dejado a estos municipios en un estado de total abandono y la población no está dispuesta a tolerarlo más.
Los maestros de la región también se ven afectados, ya que no pueden trasladarse de un municipio a otro debido a los bloqueos que les impiden pasar, incluso caminando. La paralización del transporte y la escasez de gasolina complican aún más la situación, lo que amenaza con interrumpir el derecho a la educación de los niños y jóvenes estudiantes. La seguridad de los estudiantes, padres de familia y maestros se ha convertido en una preocupación urgente en la región.