El Pocito de Don Román, es uno de los lugares emblemáticos e históricos en Tapachula, ya que a pesar de la urbanización desde hace más de un siglo ofrece agua limpia y cristalina a la población tapachulteca.
El pozo construido a finales del Siglo XIX, por don Román Ávila Ordoñez se encuentra ubicado en la 9a Poniente entre 10a y 12a norte en el centro de Tapachula y desde ese tiempo ha dado el servicio del vital líquido a la población.
Hay muchas leyendas urbanas sobre el Pocito de Don Román, dándole a su agua propiedades curativas y milagrosas, pero lo que si es real, es que sus aguas cristalinas son usadas para el consumo humano en varias viviendas y comercios del centro de la ciudad y del mercado Sebastián Escobar.
Su aforo es muy grande, ya que ha sido utilizado durante las grandes crisis de agua, como la ocurrida después del paso del huracán Stan en el 2005, en donde surtió del vital líquido a las familias.
Jorge Villanueva del Pino, cronista de la ciudad, afirmó que el pocito es una vertiente natural que se ha convertido en lugar emblemático en Tapachula, ya que a pesar de pertenecer y estar dentro una propiedad privada la población en general ha tenido acceso a su agua.
Dijo que el dueño del pocito, don Román Ávila era de oficio "capero", es decir fabricaba impermeables, los forros para sombreros y mantas forradas de látex que se utilizan para cubrir las canastas de pan o los botes donde se trasladaban la leche de los ranchos.
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Por esta razón, las personas acudían al lugar donde vivía, que si bien estaba cerca del parque central pero no estaba urbanizado, y usaban esta vertiente natural, siendo de esta manera como fue ganando renombre en la ciudad.
Indicó que tras la muerte de don Román, la propiedad quedó a cargo de su esposa, Margarita Urrutia y sus dos hijos, sin embargo, el pocito quedó como un lugar de acceso libre para el público y fue bautizado con el nombre de su propietario.
Con la urbanización en el primer cuadro de la ciudad, este manantial natural ha sido usado para abastecer de agua a varios comercios, principalmente a locatarios del mercado Sebastián Escobar.
Por lo que un grupo de personas denominados "aguadores", encontraron en el reparto de agua una fuente de ingresos para ellos y sus familias, por lo que se organizaron desde hace más de 5 décadas para brindar este servicio a través de las aguas cristalinas del pocito de Don Román.
Don Audilio Pérez de León, responsable del Pocito de Don Román, subrayó, hace años eran 20 las personas que se dedicaban a distribuir agua a los negocios, a través de cubetas y cargadas al hombro con un pedazo de tronco, pero con el paso de los años, muchos han abandonado este oficio por enfermedad o muerte.
"Nosotros quedamos como responsables del pocito, y antes éramos 20 pero con el paso de los años solo quedamos 8, que son los que nos encargamos de darle mantenimiento al pocito y también de la limpieza del lugar", abundo.
Por ser agua de pozo, es todavía consumida por las personas, sin embargo, la demanda de sus servicios ha disminuido de manera considerable, pero por lo menos llegan obtener recursos para llevar el sustento a sus familias.
Don Audilio enfatizó que por una cubeta de 19 litros cobran 7 pesos, y al día llegan a entregar entre 10 y 14 cubetas al día, por lo que prácticamente se ha convertido en una actividad poco redituable.
Señaló que el pocito tiene el agua suficiente para abastecer de agua a la población, por lo que todas las personas, principalmente de comercios llegan con cubetas, garrafones o cualquier otro recipiente por el vital líquido y afortunadamente la vertiente mantiene sus niveles.
El pocito de Don Román es un lugar histórico en Tapachula, pero desafortunadamente las autoridades no han establecido un proyecto para el rescate del mismo, lo que ha generado que las nuevas generaciones desconozca de la existencia de esta vertiente natural ubicada en pleno centro de la ciudad.
