Tuxtla Gutiérrez.- La Diócesis de Tuxtla Gutiérrez, encabezada por el arzobispo Fabio Martínez Castilla, ha hecho pública la opinión de la Conferencia del Episcopado Mexicano con respecto al inicio del nuevo ciclo escolar, que está programado para el 28 de agosto de este año. Los obispos consideran necesario revisar el Sistema Educativo Nacional en su conjunto y promover un enfoque que involucre a la sociedad, académicos, sindicatos y organizaciones de padres de familia, entre otros actores.
La Conferencia del Episcopado Mexicano reconoce las múltiples implicaciones humanas, culturales, sociales, políticas, históricas, éticas, científicas y cívicas que conllevan las decisiones educativas. Además, destacan el esfuerzo de la sociedad civil y los académicos en su preocupación por la expedición de los libros de texto, una situación que se encuentra en proceso de resolución por parte del Poder Judicial.
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En el comunicado, los obispos enfatizan que los libros de texto son solo auxiliares de la educación y que los materiales nunca sustituyen ni determinan el encuentro entre las personas en el acontecimiento educativo. Resaltan que solo la persona educa a la persona, y frente a la confusión y el desconcierto, es necesario actuar con prudencia, corresponsabilidad y diálogo constructivo.
Los obispos instan a todos los actores del ámbito educativo a concentrarse en el bien posible que se puede hacer con los recursos disponibles. Subrayan la importancia de la esperanza, la serenidad y la construcción de acuerdos entre los actores reales de la educación en México. Además, hacen un llamado a evitar la polarización, la división y la improvisación, y a fomentar la corresponsabilidad y el diálogo fraterno.
El comunicado resalta que la educación en el país enfrenta diversos desafíos, como el abandono escolar, la regularización de ciclos y aprendizajes, el cuidado de las condiciones socio-emocionales de los estudiantes, el impulso a la cultura de la paz y la calidad educativa, el uso adecuado de las nuevas tecnologías, la atención a la primera infancia, el analfabetismo en adultos, la evaluación educativa y la recuperación de la infraestructura educativa, entre otros.
A los directivos, se les invita a ejercer un constante ejercicio de escucha y discernimiento de las realidades cotidianas para conducir a la comunidad educativa con enfoque en el interés superior de los niños, adolescentes y jóvenes. Los obispos enfatizan la importancia de crear armonía entre la diversidad de talentos, pensamientos y realidades humanas.
Finalmente, expresan su cercanía, empatía y aliento a los maestros y maestras, confiando en su entrega y capacidad para formar a los estudiantes. Los obispos hacen un llamado a la serenidad, paciencia, constancia y esfuerzo en estos tiempos complejos y desafiantes.