/ jueves 27 de febrero de 2020

Como el cangrejo

A los gobiernos estatales que arribaron cobijados bajo las siglas del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) les ha tocado, como se dice coloquialmente, “bailar con la más fea”.


Aunque cada uno pondrá su propio sello, tienen que ir al son que les toquen desde Palacio Nacional, donde resuenan ideas como austeridad, combate a la corrupción, abrazos no balazos, diálogo y más diálogo, primero los pobres, entre otras.

Los gobernadores de Tabasco, Adán Augusto López; Veracruz, Cuitláhuac García; Puebla, Miguel Barbosa; Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas y Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tienen los reflectores encima y lo que hagan o dejen de hacer será bien o mal visto.

Aunque Cuauhtémoc Blanco, de Morelos y Jaime Bonilla, de Baja California, también entran en este grupo de gobernadores morenistas que tienen que seguir al pie de la letra los dictados de la Cuarta Transformación, su situación es distinta.

Uno, exfutbolista, fue propuesto por las siglas del Partido Encuentro Social (PES), hoy sin registro; él ha mostrado que de plano lo suyo lo suyo no es gobernar.

El otro, un empresario prominente con sangre “gringa”, llegó muy cuestionado al cargo porque quisieron torcer la ley para que se quedara más tiempo del establecido en la Constitución.

El caso de Chiapas, que a nosotros nos incumbe, es quizá el más complejo por lo que ya hemos citado en ocasiones anteriores.

Quien gobierna a la entidad más empobrecida del país gobierna para cuatro realidades distintas: la que viven Tuxtla, San Cristóbal y Comitán; la región Altos de Chiapas; la Sierra chiapaneca; la prominente región económica del Soconusco; y el Norte, donde se sienten más cercanos a Villahermosa, que a la capital del estado.

A Rutilio Escandón Cadenas, además de lo explicado antes, también le toca lidiar con doce años perdidos por los últimos dos gobiernos, cuando Chiapas, en lugar de avanzar se fue para atrás.

Sabines y Velasco, aunque ya no tiene caso mirar hacia atrás, pasaron de un endeudamiento de 800 millones de pesos que dejó el gobierno de Pablo Salazar, a más de 20 mil millones de deuda pública. Como el cangrejo…


DEPENDEMOS DEL CENTRO

A Rutilio Escandón Cadenas le ha tocado dejar de tener en sus manos los programas sociales que antes manejaban los gobiernos estatales.

Ahora todo depende de los dictados de la federación, quienes tienen el control de las becas para estudiantes de nivel medio superior y universitarios. De los apoyos para personas adultas mayores, con alguna discapacidad, así como los recursos destinados al campo.

A pesar de que la mayoría de los estados dependen grandemente de la federación, pues de cada 10 pesos que se ejercen, ocho pasan por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el caso de Chiapas es todavía más complicado porque aquí la pobreza y pobreza extrema superan el 80 por ciento.

El gobierno de Rutilio Escandón no tiene “la ventaja” de los programas sociales que tuvieron otros gobernantes, ni tampoco puede caer en el endeudamiento porque serían decisiones contrarias a la Cuarta Transformación.

Esta administración tiene que rascarse con sus propias uñas y tener sus propias economías, sin el despilfarro, sin las nóminas engordadas; incluso, ha tenido que entrarle a temas nada agradables e impopulares como el reemplacamiento.

Chiapas, especialmente Chiapas, con la cercanía de Rutilio Escandón Cadenas al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, no se puede dar el lujo de ir, aunque no es sencillo, como el cangrejo…


SUS PROPIOS MODOS

Ante esta serie de dificultades que tienen los gobiernos morenistas de la Cuarta Transformación, pero particularmente Chiapas, a la administración de Escandón Cadenas no le ha quedado más que imponer sus propios modos y formas.

La aplicación del Estado de Derecho, con la restitución de predios que estaban invadidos ha sido un logro que la vox populi le reconoce.

Hacer frente a los viejos vicios de los bloqueos carreteros, que tienen el objetivo de presionar, también ha sido una característica, aunque ello implique riesgos como toparse con normalistas que quieren que haya “mole”, porque les conviene.

El reto es, encontrar las formas para no continuar como el cangrejo…


www.ensaladadegrillos.com

Facebook: @EnsaladadeG

Twitter: @EnsaladadeG

A los gobiernos estatales que arribaron cobijados bajo las siglas del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) les ha tocado, como se dice coloquialmente, “bailar con la más fea”.


Aunque cada uno pondrá su propio sello, tienen que ir al son que les toquen desde Palacio Nacional, donde resuenan ideas como austeridad, combate a la corrupción, abrazos no balazos, diálogo y más diálogo, primero los pobres, entre otras.

Los gobernadores de Tabasco, Adán Augusto López; Veracruz, Cuitláhuac García; Puebla, Miguel Barbosa; Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas y Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tienen los reflectores encima y lo que hagan o dejen de hacer será bien o mal visto.

Aunque Cuauhtémoc Blanco, de Morelos y Jaime Bonilla, de Baja California, también entran en este grupo de gobernadores morenistas que tienen que seguir al pie de la letra los dictados de la Cuarta Transformación, su situación es distinta.

Uno, exfutbolista, fue propuesto por las siglas del Partido Encuentro Social (PES), hoy sin registro; él ha mostrado que de plano lo suyo lo suyo no es gobernar.

El otro, un empresario prominente con sangre “gringa”, llegó muy cuestionado al cargo porque quisieron torcer la ley para que se quedara más tiempo del establecido en la Constitución.

El caso de Chiapas, que a nosotros nos incumbe, es quizá el más complejo por lo que ya hemos citado en ocasiones anteriores.

Quien gobierna a la entidad más empobrecida del país gobierna para cuatro realidades distintas: la que viven Tuxtla, San Cristóbal y Comitán; la región Altos de Chiapas; la Sierra chiapaneca; la prominente región económica del Soconusco; y el Norte, donde se sienten más cercanos a Villahermosa, que a la capital del estado.

A Rutilio Escandón Cadenas, además de lo explicado antes, también le toca lidiar con doce años perdidos por los últimos dos gobiernos, cuando Chiapas, en lugar de avanzar se fue para atrás.

Sabines y Velasco, aunque ya no tiene caso mirar hacia atrás, pasaron de un endeudamiento de 800 millones de pesos que dejó el gobierno de Pablo Salazar, a más de 20 mil millones de deuda pública. Como el cangrejo…


DEPENDEMOS DEL CENTRO

A Rutilio Escandón Cadenas le ha tocado dejar de tener en sus manos los programas sociales que antes manejaban los gobiernos estatales.

Ahora todo depende de los dictados de la federación, quienes tienen el control de las becas para estudiantes de nivel medio superior y universitarios. De los apoyos para personas adultas mayores, con alguna discapacidad, así como los recursos destinados al campo.

A pesar de que la mayoría de los estados dependen grandemente de la federación, pues de cada 10 pesos que se ejercen, ocho pasan por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el caso de Chiapas es todavía más complicado porque aquí la pobreza y pobreza extrema superan el 80 por ciento.

El gobierno de Rutilio Escandón no tiene “la ventaja” de los programas sociales que tuvieron otros gobernantes, ni tampoco puede caer en el endeudamiento porque serían decisiones contrarias a la Cuarta Transformación.

Esta administración tiene que rascarse con sus propias uñas y tener sus propias economías, sin el despilfarro, sin las nóminas engordadas; incluso, ha tenido que entrarle a temas nada agradables e impopulares como el reemplacamiento.

Chiapas, especialmente Chiapas, con la cercanía de Rutilio Escandón Cadenas al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, no se puede dar el lujo de ir, aunque no es sencillo, como el cangrejo…


SUS PROPIOS MODOS

Ante esta serie de dificultades que tienen los gobiernos morenistas de la Cuarta Transformación, pero particularmente Chiapas, a la administración de Escandón Cadenas no le ha quedado más que imponer sus propios modos y formas.

La aplicación del Estado de Derecho, con la restitución de predios que estaban invadidos ha sido un logro que la vox populi le reconoce.

Hacer frente a los viejos vicios de los bloqueos carreteros, que tienen el objetivo de presionar, también ha sido una característica, aunque ello implique riesgos como toparse con normalistas que quieren que haya “mole”, porque les conviene.

El reto es, encontrar las formas para no continuar como el cangrejo…


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