El próximo 9 de febrero cumplo 36 años de haberarribado y decidido vivir en México. Pocos días después rompíel boleto de regreso. La decisión obedeció a mi radical actitudfrente a la realidad social, política y cultural colombiana entanto que, desde años atrás, su descomposición anunciaba signosde un largo proceso que percibí por mi conocimiento, estudio yreflexión sobre un país que, más allá de mis afectos yarraigos, se volvía insoportable. Sí, insoportable para misproyectos vitales e intelectuales. Por esos días vivían doshermanos, uno en Irapuato y otro en Ciudad de México, que mevenían animado, insistentemente, de venir a México.
Los primeros meses visité lugares -museos,librerías y el centro histórico- de la capital, viajé porpueblos y ciudades de varios estados, donde el encanto y el asombrome embriagaron de inmediato. Llegar a Real del catorce, porejemplo, era una necesidad poética sugerida por la lecturade Viaje al país de los Tarahumaras de Antonin Artaud.En Guanajuato asistí al Festival cervantino y quedé maravillado.En fin, es una larga historia de mi primer encuentro en México poralgunos espacios y lugares mágicos.
En esos avatares visité la Embajada de Colombia, enMéxico, gracias a la recomendación del excandidato a lapresidencia, (mi paisano del departamento de Caldas) Otto MoralesBenítez, investigador y escritor. El embajador, Ignacio Umaña deBrigard, me brindó todo el apoyo para impulsar tareas culturales.Organicé con la Agregada cultural un evento singular: Encuentro depintores y poetas jóvenes colombianos residentes en México.Asistieron al Centro cultural Domecq empresarios, políticos,funcionarios, escritores, profesores, estudiantes colombianos,además de numerosos amigos mexicanos. Como invitado especial nosescoltó Álvaro Mutis, a quien propuse nos acompañara y aceptó,ya éramos amigos y desde ese momento la amistad se fortaleció ydesarrolló hasta el punto de ir a Chiapas en dos ocasiones paradictar una conferencia sobre Poesía mística enlengua española y una lectura de poesía, cuandofue a recibir la edición del disco, con la voz del poeta, que PacoChanona editó en su otrora casa disquera.
Además Mutis nos acompañó al homenaje queorganizamos con la Presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez enCunjaná, en la Trinitaria, a la vera de Comitán, al expresidentecolombiano, General José María Melo, “sacrificado en Chiapas”como lo dijo el doctor y poeta Enoch Cansino Casahonda, el entoncespresidente municipal de la capital chiapaneca.
En octubre de 1982 me vinculé a la UniversidadAutónoma de Chiapas, nadie me recomendó, debe decirlo. Por gajesde la vida el azar me llevó a Chiapas, tierra por excelencia de laprehistórica civilización maya, que siempre he admirado. En lainstitución universitaria laboré 35 años. La experienciaacadémica me enseñó muchas cosas: pude dedicarme de tiempocompleto al estudio, la catedra, la investigación, y la escriturapoética, literaria, histórica, periodística y a los trabajoseditoriales y de difusión cultural que asumimos con plenadedicación en todas estas actividades. La obra realizada en 35años me alegra en suma y llena de enorme satisfacción. Me hepensionado, desde hace dos años, para pulir y dejar listos varioslibros para su edición, la mayoría dedicados a la cultura y latradición poética de Chiapas.
Mi vida en México ha logrado conquistar distintostipos de placeres y gozos, frutos y reconocimientos. Logré superarla terrible paranoia, por ejemplo, que tanto atormenta a miscolegas y paisanos. He amado con exquisita pasión. La relacióncon Patricia Mota nos regaló una hija magnífica, Cintia Ixchel.He logrado construir amistades perdurables y de rica facundia. Heparticipado como ponente en congresos literarios locales,nacionales e internacionales, que me han propiciado difundirescritores y poetas chiapanecos y, por supuesto, mi obra literariay de investigación. Me doctoré, gracias a una beca de la Unach,en Valladolid, España, la que me permitió escribir una tesis,reconocida por el jurado calificar como sobresaliente,sobre la poesía de Miguel de Cervantes.
Debo reconocer el apoyo decidido de varios rectoresde la Unach. Imposible olvidar al doctor Heberto MoralesConstantino, narrador de primera línea entre los chiapanecos; aldoctor Antonio García Sánchez, humanista sin reparos; allicenciado Jorge Arias Zebadúa, quien propició la edición de larevista Boca de polen, merecedora de un reconocimientonacional en la Feria Internacional del libro de Guadalajara en1995; al ingeniero Pedro René Bodegas Valera, solidario con elproyecto editorial de la revista; al maestro Jaime Vals Espondaquien me invitó a presentar el libro Suasnávar, capillaTuxtla, de Manuel Suasnávar, en el Supremo Tribunal deJusticia de la Nación. En la dedicatoria el rector y editor,escribió: “Para mi amigo Ricardo Cuéllar, extraordinariodocente, con admiración y agradecimiento por su participación ennuestro libro, 27/ IX/ 13”.
Fue un placer contar con estudiantes ungidos por unaverdadera vocación literaria, en unos casos, la mayoría y, en otros decididos y dedicados a la investigación etnológica yliteraria. Pasados los años han consolidado su oficio. Debomencionar a Gustavo Ruiz Pascasio, Uvel Vásquez, Yolanda GómezFuentes, Israel González, Astrid Pinto Durán, Yolanda Gamas,Raúl Verdi, Enrique Hidalgo Mellanes, Lizet Cortés Martínez,Marco Antonio Morales, Gerardo Moctezuma, Fabián Rivera, RaúlVázquez, Mario Alberto Castillo, Derly Recinos de León, WilliamOrdoñez, Edgar Núñez Jiménez, Felipe Flores, Oscar SuárezJunco, David Alejandro Chanona, Andrea Abarca, Diana RamírezVázquez, Oscar Gordillo, Diego Aguilar Pérez, Jorge Zúñiga,Marcelino Champo, entre otros.
De suerte que no he vivido en vano en esta tierra,nutricia de sabios y grandes escritores, artistas y pensadores. Unabrazo fraternal para todos mis exalumnos y amigos entrañables,fieles e irrenunciables en la memoria.
Dicen que los 36, representa la edad dorada delhombre: en donde se fundamenta lo que es y lo que puede llegar aser; esta cifra yo la asocio a la época dorada de mis trabajos, ala plenitud de mis ideas y a la consolidación del discurso que heentablado con la poesía por años. Soy casi feliz.
