MADRID. Los cortometrajes De la nada, de Pablo Balderas García y Los ojos de doña Lucy, de Jonathan Gerardo Romero Colmenares y Juan Carlos Hinojosa Flores son las dos producciones mexicanas que competirán por los Premios Danzante de la edición 51 del Festival Internacional de Cine de Huesca.
En total, 79 cortometrajes de 29 países integran la sección oficial dividida en tres concursos: Internacional, Iberoamericano y Documental. Entre las cinematografías más representadas se encuentran España con 21 producciones, seguida de Francia con siete, Polonia con seis y Hungría y Reino Unido con cuatro. Alemania, Brasil y Argentina (País de honor de este año), con tres.
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Otras cinematografías con fuertes lazos históricos con el festival de Huesca como México (2) se intercalan con territorios menos habituales como Singapur (1) o Bulgaria (1).
Un año más se confirma el potencial de la cita en Huesca como plataforma de lanzamiento de nuevos talentos, con 36 obras que son óperas primas o provienen de escuelas de cine, un dato que casi alcanza el 50 por ciento del total.
La directora del festival Estela Rasal, afirmó que “nuestra historia y prestigio nos convierte en un foco de atención para la industria y por eso las nuevas generaciones de cineastas saben que ser seleccionados aquí puede suponer un punto de inflexión en sus trayectorias”.
La presente edición, que se celebrará del 9 al 17 de junio, repartirá más de 24 mil euros en premios y sus ganadores entrarán de forma directa en la preselección de los Premios Oscar de Hollywood.
En lo que respecta a temáticas, las obras vuelven a ser un fiel reflejo de la sociedad actual y tras varios años donde la pandemia era un tema recurrente en las historias, ahora es la guerra de Ucrania la que acapara las miradas e inquietudes de los realizadores, producciones que en cualquier caso abarcan un amplio universo argumental tocando cuestiones como la salud mental, la inmigración, el feminismo, la ecología o la sexualidad en todos sus sentidos.
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Se trata de una completa y compleja amalgama de temas y formas de abordarlos que se sirven de todo tipo de géneros: drama, comedia, documental, cine negro, fantasía o animación.
“Tras unos años donde el sector ha sufrido la crisis generada por la pandemia, se nota la recuperación de la producción audiovisual tanto en la cantidad, como en la calidad, destacando especialmente en el área iberoamericana” apuntó Rasal.
