Era cuestión de tiempo. Rey Mysterio volvió a hacer historia. La vida lo llevó desde San Diego a Tijuana, Ciudad de México y de vuelta a los Estados Unidos, todo para coronarse en la antesala de Wrestlemania. El enmascarado ya es parte de la vitrina de los inmortales.
Mysterio volvió a la carga como en toda su carrera. En una noche magnífica, el luchador que cambió la forma de ver a México en la lucha norteamericana mostró una vez más que nada es imposible si lo sueñas muy alto.
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Konnan, el encargado de inducirlo, comenzó a contar su historia junto a Rey. El Bárbaro mostró su lado más emocional. Desde sus noches en la arena de Tijuana, hasta el arribo de ambos a Triple A, detalles y lágrimas se vieron en el rostro del voraz luchador cubano.
Después de alabar la carrera de su “hermano”, el momento de ver al dueño del 619 llegó.
Con una arena de pie y la falta de respeto de su hijo Dominik, quien se retiró cuando su discurso iba a comenzar, Rey prometió encargarse de ese tema en Wrestlemania.
El nacido en San Diego recordó todo. “Empecé mi carrera en Tijuana, también en los Ángeles y crecí de la mano de mi tío Rey Mysterio Sr. Yo quise ser parte del mundo de los superhéroes. Las capas, las máscaras, empecé desde muy temprano, siempre tuve mucho aliento por mi estatura, pero volví por todo"
"Eso es de lo que se trata este negocio, es complicado y difícil, pero siempre quise ser parte de él. Estoy aquí, Konnan me presentó, somos como un hermano mayor y un hermano menor, me siento contento, gracias a todos, al mundo de la WWE, a todos los que confiaron en mí, es por ustedes que existe un Rey Mysterio”, dijo motivado por un Crypto.com Arena abarrotado y de pie aplaudiéndole.
Al igual que Mysterio, hubo otros inducidos. Stacy Keibler fue la primera en entrar en esta generación. Presentada por Mick Foley y su mejor amiga, Torrie Wilson, la mujer de las piernas más largas en el entretenimiento deportivo mostró su gratitud. Dentro de sus logros, Keibler logró ser la Nitro Guirl Swarch de 199, la WWE Babe of the Year en 2004, además de ser mánager de distintos luchadores en WCW y la WWE.
Otro que se llevó aplausos fue la leyenda de la lucha libre japonesa, The Great Muta. El nipón no tuvo una carrera relacionada directamente con la empresa de los McMahon, lo más cercano que estuvo fue en WCW, aunque sus logros hablan por sí solos. Cuatro veces campeón pesado de la IWGP; tres veces triple corona de los pesados en Japón; Campeón pesado de la GHCM; campeón pesado de la NWA, campeón de la televisión de la NWA, campeón en parejas de la WCW y ganador del BattleBowl en 1992.
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