Un centenar de huesos prehispánicos que podríanpertenecer a la cultura zoque –hallados sobre un relieve en lazona Centro del estado–, son limpiados por expertas del InstitutoNacional de Antropología e Historia (INAH). Con ello inicia elproceso de una investigación que, de concluirse en todas susetapas, revelaría datos de un nuevo sitio arqueológico enChiapas.
Se trata del asentamiento prehispánico llamado conel mismo nombre del municipio, Chicoasén, donde el año pasado seencontraron piezas y fragmentos de restos mortales conjuntos enmás de 180 entierros, durante el levantamiento de una nueva presaa cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE),“Chicoasén II”. El hallazgo data del año 450 al 500 despuésde Cristo.
El tratamiento que implica la limpieza de las piezas,pertenecientes en su mayoría a extremidades superiores einferiores de cuerpos, además de pequeños fragmentos de cráneo,serán restaurados e inventariados para luego conocer suspadecimientos y causas de muerte; pero, sobre todo para saber porqué los cadáveres no cuentan con un patrón de entierro, comosucede en otras zonas arqueológicas de Chiapas, Lagartero, porejemplo, explicó en entrevista el antropólogo Físico Forense delINAH, Javier Montes de Paz.
El número de sepelios de este sitio arqueológicoChicoasén ha superado a los hallados en Palenque, en la zona selvade la entidad, reitera el investigador encargado del estudio defósiles.
Durante una plática abierta al público, laencargada de dicho proyecto de lo que fue un Salvamento deInvestigación sobre dicho sitio, Rebeca Yoma detalló que esenuevo encuentro es importante, que posee un templo rojo con cuerposenterrados en posiciones no tradicionales, vasijas, hallazgospaleontológicos y colores sólo hallados en zonas arqueológicasmayas.
El tratamiento que implica lalimpieza de las piezas, pertenecientes en su mayoría aextremidades superiores e inferiores de cuerpos, además depequeños fragmentos de cráneo, serán restaurados e inventariadospara luego conocer sus padecimientos y causas de muerte; pero,sobre todo para saber por qué los cadáveres no cuentan con unpatrón de entierro, como sucede en otras zonas arqueológicas deChiapas, Lagartero, por ejemplo
¿Podría ser este un asentamiento, una ciudad, adonde llegaron otras culturas?, le cuestionaron a la arqueóloga;“esto es apenas el inicio de un trabajo de lo que deberá ser unainvestigación”, contestó Yoma.
Durante la plática, la científica detalló que lascaudalosas aguas del río Grijalva –donde se inició ellevantamiento de la nueva presa– fueron fundamentales para laalimentación y vida de los antiguos hombres y mujeres.
Por ahora, la segunda etapa de dicha pesquisaarqueológica está detenida por falta de recursos económicos, aligual que la edificación de la nueva presa, debido a conflictoslaborales.
De acuerdo a la Ley General de Monumentos y ZonasArqueológicas, quien financiará un Salvamento Arqueconómicos esel que inicie una excavación sobre el sitio potencialarqueológico, en este caso fue la CFE. Por ahora, los restosarqueológicos están en el Instituto de Nacional de AntropologíaChiapas.