La alfarería del municipio indígena Amatenango del Valle es de gran calidad, elaborada a mano por mujeres y hombres que reflejan en cada pieza la cosmovisión de sus pueblos, su forma de ver al mundo, en las manos manchadas de barro está el sentimiento de un pueblo que se hace presente con su sabiduría, y aunque ahora las ventas están bajas, no pierde la fe y la esperanza de que seguirá siendo sus conocimientos y su innovación lo que los sacará adelante, así lo expone doña Ángela López Pérez.
Dice que el primer paso es pensar qué pieza habrá de elaborar, idearla en su mente, dibujarla en su pensamiento, luego elegir el lugar donde habrá de ir a recolectar el barro y los vegetales con los que hará la mezcla para la pintura final de la pieza, los instrumentos, los pinceles que empleará, todos tienen que ser nuevos, su tamaño va de acuerdo con el tamaño de la pieza a fabricar, siempre está innovando, aunque le pidan alguna de las piezas que ya ha elaborado siempre tiene un nuevo elemento en su manufactura.
La artesana hacen un llamado a la sociedad a saber elegir los productos de calidad, cuenta que hay mucha imitación pero se trata de productos frágiles, la pieza más barata que ella elabora tiene un costo en el mercado de 20 pesos y la más cara supera los 70 mil pesos, principalmente un jaguar, especie emblemática de la fauna de Chiapas que se muestra al mundo a través de la alfarería y el saber de las artesanías.
Toda la producción es elaborada a mano, el barro se colecta en un campo grande de Amatenango del Valle, lo mismo que la arena que se emplea en la regulación de la temperatura en el fuego para cocer la pieza, por ello el grupo de artesanas que ella encabeza en el municipio se llama "Cerámica Cielo", por la sabiduría que Dios les ha permitido por mostrar al mundo sus conocimientos para elaborar sus productos artesanales, donde no se tiene financiamiento de ninguna institución pública o privada, más bien son las mujeres las que lucha por salir adelante con sus propios recursos económicos y sus conocimientos se va transmitiendo de generación en generación, su caso es un ejemplo, primero su abuela, luego su madre, ahora es ella y le seguirán sus hijas.
Entrevistada en Tuxtla Gutiérrez capital de Chiapas, Angela López insiste que un momento muy complejo, laborioso para quienes están en proceso de aprendizaje es cuidar que la pieza no se rompa cuando ya está lista sin antes pasar por el fuego, es muy frágil, si se rompe hay que empezar de nuevo, mientras que la lumbre tiene que regularse el calor a los 800 y 859 grados centígrados en horno de tierra, se trata de que la coxión sea uniforme y está le proporcione resistencia a la pieza, su calidad alcanza cuando el fuego le permite una textura extraordinaria por la pintura natural a base de una mezcla de vegetales.
Elabora palomas, gallos, jaguar, mariposas, aves, floreros, maceteros, la favorita es el jaguar, vasos con cabeza de jaguar, ollas con cabeza de jaguar, comales, platos, vasos de diversos tipos, cucharas, entre más grande sea la pieza más tiempo lleva su elaboración, en el costo debe cobrarse los días, por jornales o la jornada laboral empleada para su manufactura, se comercializan en Chiapas, venden al Instituto Casa de las Artesanías de Chiapas, en Ciudad de México, en Guadalajara Jalisco, fuera del país no hay comercio.
Puntualizó que su principal comercio es directamente en su pueblo, Amatenango del Valle, entre San Cristóbal de las Casas y Comitán de Domínguez, ahí donde el turista, el viajero se detiene a ver las piezas que se exhiben en la carretera, en tiendas en el pueblo indígena, su promoción es a través de concursos que elabora el Instituto Cada de las Artesanías de Chiapas, y en espera de poder alcanzar algún premio, porque no hay financiamiento gubernamental.
¡Recibe las noticias a tu WhatsApp! Regístranos y manda la palabra ALTA ⬇️