San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. - Más de seis años después del sismo que afectó la región en septiembre de 2017, la Escuela Secundaria Técnica Número 1, Gral. Lázaro Cárdenas del Río, en San Cristóbal de Las Casas, sigue enfrentando serios problemas estructurales sin recibir la atención necesaria por parte de las autoridades.
A pesar de los esfuerzos de la dirección del plantel, encabezada por María de Ángeles García Utrilla, para gestionar recursos del gobierno federal con el objetivo de reparar las aulas dañadas, las solicitudes han caído en oídos sordos. La directora expresó su preocupación en una entrevista, destacando que más de 1,200 alumnos corren peligro debido a la falta de mantenimiento.
"Lamentablemente así está nuestra escuela. Han pasado más de seis años desde el sismo de 2017, y hemos informado a las autoridades sobre los daños sufridos. Estamos muy preocupados por la integridad del edificio, que alberga a más de 45 años de estudiantes. Hemos solicitado repetidamente la intervención de la Secretaría de Educación Pública, pero todas nuestras gestiones han sido en vano", denunció García Utrilla.
La directora señaló que, a pesar de recibir un cheque de 25,000 pesos destinados a la rehabilitación de la red eléctrica, los fondos resultaron insuficientes para abordar las numerosas necesidades de la institución. Los techos de las aulas presentan riesgos de colapso, las canchas tienen múltiples fracturas, y filtraciones de agua afectan los talleres.
"Si llegara a ocurrir otro sismo, algunas aulas podrían colapsar. Urge la rehabilitación de estos desperfectos para garantizar la seguridad de nuestros estudiantes, docentes, administrativos y personal de apoyo. Además, nos enfrentamos a recortes de personal, con maestros jubilados sin reemplazo hasta el momento, y otras carencias que afectan el funcionamiento adecuado de la escuela", agregó García Utrilla.
Ante esta situación, los directivos del plantel y los padres de familia hacen un llamado urgente para que los recursos necesarios sean asignados y las reparaciones se realicen de manera inmediata, priorizando la seguridad y el bienestar de la comunidad educativa. La falta de acción podría poner en riesgo no solo la infraestructura, sino también el futuro educativo de cientos de estudiantes.
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