La pandemia del Covid-19 obligó a las parroquias de la Diócesis de Tuxtla a evitar concentraciones de personas, por lo que han optado en transmitir por redes sociales las celebraciones eucarísticas; se trata de celebrar la fe desde sus casas y guardar la sana distancia.
Las sedes parroquiales están cerradas al público, pero se celebran misas que se transmiten por Facebook para compartir la palabra con el pueblo, no se trata de alejar a la gente de la Iglesia, sino para colaborar en la lucha contra la propagación del Covid 19.
Para compartir la palabra la feligresía se conecta a las 6 de la tarde o a la siete de la noche, de lunes a sábado, los domingos en más de una ocasión, la intención es proteger al pueblo, cuidar su salud, celebrar y vivir lo que se cree, manifiesta el arzobispo Fabio Martínez Castilla.
El obispo auxiliar, José Luis Mendoza Corzo, expuso la importancia de guardar las debidas distancias físicas entre unos y otros, sin apartarnos de Dios y fortaleciendo nuestra fe, para no contagiarnos del virus, no sabemos por dónde nos puede llegar, la cercanía es a la distancia, virtual, muy especial, espiritual, con gran corazón y protegiendo a los demás.
El Obispo Emérito de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, expuso que los enfermos y los muertos por el coronavirus no son teorías, sino hechos contundentes, incluso con personas muy cercanas, que nos obligan a tomar medidas extraordinarias, que esperamos sean pasajeras, si todos colaboramos.
Subrayó que lo más hermoso de Dios y su obra preferida es el ser humano, y hemos de cuidarlo en el cuerpo y en el espíritu, no lo hemos desamparado, al contrario, se han impulsado muchas iniciativas y se han aprovechado medios electrónicos para estar cerca del pueblo, que por ahora es la única forma de hacerlo.
En la capital de Chiapas es común ver al pueblo conectado, muchos que no usaban las redes sociales, ahora es la forma de acercarse al prójimo, no se trata de una acción privada, sino de una celebración de la Iglesia, la cual, en el sacrifico que ofrece, aprende a ofrecerse a sí misma como sacrificio universal, y aplica a la salvación del mundo entero la única e infinita virtud redentora del sacrificio de la cruz.
Un gran número de fieles toma parte activa, se recomienda su celebración cotidiana, aunque no pueda haber en ella presencia de fieles, todos comunicados, pero no juntos, el pueblo está presente, la gente que está conectada, es la Iglesia en una situación difícil, se ha vuelto una familiaridad, concreta del pueblo.
Sacerdotes, fieles y obispos celebran diariamente cuidando la salud y la vida del pueblo, su presencia es virtual, real, visible y concreta, esperamos que pase pronto esta pandemia para volver a la normalidad, la realidad está diciendo que, en verdad, se forma una asamblea virtual, pues están conectados cientos y miles de personas.
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