Por desesperación, ciudadanos pueden convertirse en delincuentes financieros

Todo comienza desde que se convierten en “presta nombre”

LENNYN FLORES

  · domingo 13 de enero de 2019

Carlos Méndez, auditor certificado en prevención de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, aconsejó a la población chiapaneca para estar prevenidos, ya que la presión financiera de la cuesta de enero facilita la posibilidad de caer en la comisión de delitos financieros.

Dijo que una de las principales actividades en las que se recurren por desesperación es la de prestar el nombre, lo que técnicamente es conocido como testaferros y que conlleva a enfrentarse a tres riesgos.

Uno de ellos, es que las víctimas sean ocupadas para abrir cuentas bancarias, incluso solicitar tarjetas en tiendas de conveniencia (ambas situaciones se han vuelto sencillas, ya que las compañías solicitan únicamente la credencial de elector); explicó que el verdadero problema se encuentra en el origen de los recursos que se utilizan o generan para mantener los plásticos financieros.

“En muchas ocasiones proviene de extorsiones telefónicas y sabemos que muchas veces esas extorsiones se hacen desde la cárceles, pues se conoce el tráfico de teléfonos móviles que se da dentro de los centros de reinserción social y, aunque existe una batalla en contra de esa actividad, no ha sido suficiente.”

Otro de los riesgos es que los “presta nombre” sean utilizados para abrir empresas “fachada” que, aunque son empresas legítimas, constituidas ante un notario público y con registros del Sistema de Administración Tributaria (SAT), no realizan operaciones y se dedican solamente a comprar y vender facturas por una comisión que a veces van desde los 50 hasta los 300 pesos.

“Ahí arriesgan mucho por una comisión, porque pueden hasta perder la libertad por muy poco dinero (…) ahora las actividades más comunes tienen que ver con solicitar un crédito, ya que cuando funcionan como “presta nombre” se pueden quedar con la deuda porque la otra persona no tiene ni la mínima intención de pagar. La cuesta de enero es un riesgo de vulnerabilidad”, abundó.



El auditor enfatizó el llamado a la población para no incurrir en este tipo de actos y mucho menos caer en la trampa de situaciones disfrazadas de oportunidades; por el contrario, aconsejó a la sociedad a reorganizar sus finanzas y esperar con calma a que se concluya esta etapa, así como a ser más conscientes en los gatos de cada fin de año.